EFE
EFE

UNA VIDA BAJO TIERRA.Una secta islámica de unas 60 personas, que obligó a vivir a sus adeptos, adultos y niños, durante diez años en un búnker subterráneo, fue descubierta por la policía de Tartaristán, una república central de Rusia con tradición musulmana, indicaron las autoridades locales. Los adeptos de la secta vivían desde hace más de 10 años en el búnker preparado por su líder espiritual, Faizrajman Satarov, de 85 años, en una vieja casa transformada en mezquita clandestina en Kazan, la capital del Tartaristán, precisó el ministerio de Interior local.Satarov, quien en 1964 se declaró profeta, impuso a los miembros de la secta una vida reclusa, prohibiéndoles salir del refugio salvo por urgencias, enviar los niños a la escuela o recibir tratamiento en un hospital. Entre los miembros de la secta había 20 niños, el más pequeño de apenas 18 meses. Muchos de ellos nacieron bajo tierra y nunca habían visto la luz del sol hasta que la fiscalía descubrió su escondite el 1 de agosto y les remitió a revisiones médicas. Una chica de 17 años resultó estar embarazada. Todos los niños hallados en el lugar fueron hospitalizados. El refugio, construido en forma de un laberinto, incluía pequeñas celdas de 2 por 3 metros, "donde los niños vivían en condiciones insalubres, sin aire fresco", precisó una fuente ministerial. La religión fue suprimida en la Unión Soviética que colapsó en 1991, dando lugar al nacimiento de varias sectas que florecieron en el vacío posterior. (EFE y Reuters).

Lo más visto