La refinería de La Teja está paralizada desde mediados de agosto.
Mañana se cumple un mes desde que se conoció la rotura de la boya petrolera de ANCAP en José Ignacio y a esta altura son más las incertidumbres que las certezas. No está claro cuándo la terminal retomará sus actividades, ni cómo será la reparación y menos aún cuál será el costo definitivo de la rotura.
Lo que sí está claro es que esa fisura dejó al descubierto mensajes contradictorios, incertidumbre sobre el futuro y el impacto en el ambiente y la paralización desde al menos dos semanas de la refinería de ANCAP de La Teja, una medida que tiene un costo diario de 500 mil dólares.
Mientras tanto, a nivel político y desde las organizaciones ambientales se exigen a las autoridades respuestas que no llegan, en medio de dudas y especulaciones sobre la aparición de hidrocarburos en las playas del departamento, que ANCAP dice que no guardan relación con el incidente en José Ignacio.
Fuentes de ANCAP dijeron a FM GENTE que están llegando técnicos de Chile para colaborar con la reparación de la boya, que trabajarán en coordinación con la empresa estatal y la Armada a 20 metros de profundidad. Agregaron que la boya volverá funcionar únicamente cuando se garantice su seguridad ambiental y operativa, priorizando la salud del equipo humano y la protección del ecosistema en el que opera.
La rotura de la boya impide que se puedan refinar y producir combustibles y por lo tanto se están importando, lo que genera un costo extra que según las autoridades de ANCAP no se trasladará a los costos al usuario.
“El abastecimiento de combustible a la población está asegurado, tanto en volumen como en calidad. ANCAP cuenta con un plan de contingencia para cada situación, que se aplica conforme al protocolo establecido. Actualmente, se adquiere producto ya refinado, previa verificación en los laboratorios de ANCAP, garantizando así el suministro en tiempo y forma. El abastecimiento normal no se verá afectado por el tiempo que demande la reparación de la boya”, agregaron las fuentes.
La historia de la rotura de la boya de José Ignacio se conoció en la tarde del 3 de agosto cuando el periodista de FM GENTE Marcelo Gallardo informó en su cuenta de X que mientras se descargaba un barco de origen maltés se había detectado una pequeña fuga que llevó a suspender la maniobra.
Horas después, ANCAP emitió un comunicado que decía lo siguiente: “Hoy (domingo 3) el personal técnico de ANCAP en las maniobras rutinarias de la descarga de crudo en la boya de José Ignacio, detectó una pequeña pérdida de producto. Como consecuencia, se detuvo la operación en forma inmediata. Mañana (por el lunes 4) se realizarán inspecciones para retomar el bombeo normal una vez solucionada la situación”.
A partir de ese momento comenzaron a surgir especulaciones y dudas sobre lo ocurrido, ante la falta de comunicados oficiales que se empezaron a publicar de forma esporádica por la cuenta de X.
En tanto, el buque maltés fue derivado a la zona de Piriápolis y según fuentes consultadas en ese momento por FM GENTE, la paralización de actividades en la boya y el hecho de tener al buque detenido en aguas uruguayas tenía un costo de al menos 80 mil dólares diarios, porque el buque debía continuar su trayecto a otros destinos.
Con el correr de los días la boya seguía sin funcionar y desde ANCAP se respondía que se seguía trabajando. En ese momento, el diputado blanco por el departamento Federico Cassareto, cursó un pedido de informes a los Ministerios de Industria y Energía para conocer qué fue lo sucedido.
La situación se agravó cuando a los cinco días de la rotura de la boya comenzaron a aparecer restos de hidrocarburos en distintos puntos de la costa de Maldonado.
Si bien desde ANCAP se descartó que el episodio tuviera que ver con la rotura de la boya y se insistió en que fue algo leve, sin mayor impacto ambiental, organizaciones ambientalistas y de vecinos exigieron respuestas del gobierno nacional sobre lo sucedido que de momento no fueron dadas. En tanto, la Intendencia de Maldonado realizó durante varios días un trabajo de limpieza de las playas para quitar los restos de la sustancia.
Hasta ahora no está claro cuál fue el origen de los hidrocarburos que aparecieron entre La Juanita y Punta Negra. Fuentes de la Intendencia consultadas por FM GENTE indicaron que se mantienen reuniones con la empresa para avanzar en protocolos que permitan atender ese tipo de contingencias.
La situación se agravó el domingo 15 de agosto, cuando la falta de combustible en la boya de José Ignacio -que intentó repararse en maniobras de las que participaron buzos de la Armada y personal de ANCAP- determinó que se paralizara el trabajo en la refinería de La Teja, según informó la empresa en un comunicado difundido vía X.
La medida generó una repercusión política inmediata: el diputado del Partido Colorado por Maldonado, Gabriel Gurméndez, dijo que el gobierno se maneja con “total opacidad” frente al tema y aseguró que ni la ministra de Industria, Fernanda Cardona, ni la presidenta de ANCAP, Cecilia San Román “han dado la cara”.
El diputado nacionalista Pablo Abdala, que también fue director de ANCAP, también realizó consultas sobre la situación y destacó que la paralización de la refinería de La Teja tiene un costo diario de 500 mil dólares, de acuerdo a información que manejó la empresa.
El sábado 24 de agosto, ANCAP informó que se retomarían los trabajos de reparación de la boya, luego de que se identificara que la rotura en era en el PLEM (PipeLine End Manifold), una estructura submarina ubicada a 20 metros de profundidad que conecta los manguerotes de la boya con el ducto que transporta el crudo hacia la planta.
Sin embargo, cuatro días después, los trabajos en la boya volvieron a pararse.
“Informamos que las tareas de reparación en la boya petrolera ubicada frente a José Ignacio deberán continuar ya que se requieren ajustes adicionales para garantizar su plena efectividad. Luego de una primera reparación realizada por personal técnico, con todos los elementos disponibles en el país, esta tarde se realizaron pruebas para determinar la efectividad del trabajo. Al realizarse la prueba de presión, previa a la descarga se detectó una mínima presencia de producto que fue rápidamente absorbida. Esto indica que el desperfecto persiste y por tanto, no se puede proceder con la descarga de crudo de manera segura”, consignó ANCAP.
En ese momento se anunció la llegada de técnicos extranjeros para colaborar con las tareas de reparación. Los chilenos comenzaron a llegar y se espera que en estos días arriben los materiales necesarios. Mientras tanto, se continúa exportando combustible y la refinería de La Teja sigue paralizada, generando pérdidas millonarias.