El dealer, los ladrones, la mochila y a la cárcel
Policial 19:00

El dealer, los ladrones, la mochila y a la cárcel

Un distribuidor al menudeo de marihuana fue robado mientras circulaba en bicicleta por Ruta 9. Dos hombres que le pidieron agua, le quitaron el bolso y salieron corriendo. Avisada la policía detuvo a los tres y secuestró el bolso. Dos van a prisión y uno quedó libre pero procesado, informó la policía.

Esta historia pasó el martes 7 de enero. Alguien avisó a la policía que habían tres hombres manteniendo un relacionamiento raro en las inmediaciones del puente El Renegado, sobre la Ruta 9.

De inmediato se dispuso enviar al lugar a personal de la Seccional 3ª de Pan de Azúcar, para ver qué pasaba. Cuando llegaron al lugar vieron a tres individuos discutiendo, uno corriendo a otro. Era raro.

Decidieron intervenir y se enteraron del caso. G.Z. dijo que venía tranquilamente circulando por la Ruta 9 cuando le aparecieron dos personas desconocidas (F.A. y C.D.) pidiéndole si tenía agua para tomar.

G.Z. decidió detenerse y cuando buscaba en el bolso una botella con agua para suministrarle a sus interceptores, uno de ellos se lo quitó y la emprendió a campo traviesa. El otro le siguió. G.Z. salió tras ellos tratando de recuperar el bolso.

El BOLSO EN LA COMISARÍA

Trasladados los tres hombres a la comisaría, se pudo establecer que el ciclista G.Z., y F.A., uno de los peatones, poseían frondosos antecedentes penales. G.Z. aaclaró a quienes le habían detenido que en la mochila llevaba un poco de droga pero que era para consumo personal.

Entonces se procedió a revisar el bolso. Ante la sorpresa de todos los presentes, incluso de los dos peatones-ladrones frustrados, se encontró dentro: un envoltorio de nylon negro acondicionado como ladrillo de 10 centímetros de lado, cubierto con cinta aisladora; en su interior había casi cuarto quilo de marihuana.

También sacaron del bolso un envoltorio de marihuana con un peso de 20,6 gramos, y cinco envoltorios de nylon transparente de cocaína que pesaron en conjunto 29,9 gramos.

Junto a toda esa droga que por su volumen contradecía la versión de que era para consumo propio, se encontraron 135 piercings (adornos que algunas personas se ponen en el cuerpo perforando su carne), y varias jeringas, del tipo de la que usan los drogadictos para inyectarse.

Acababa de despejarse todo el empeño de G.Z. por recuperar su mochila. Quienes se la quitaron hasta ese momento no tenían idea de lo que se habían llevado.

El juez en lo Penal de 2º turno que tomó el caso dispuso el procesamiento de los dos caminantes, F.A. y C.D., como autores de un delito de hurto agravado por la pluriparticipación.

Dispuso que F.A. fuera encerrado a cumplir prisión preventiva mientras se completa el procedimiento judicial, pero a C.D. decidió darle otra oportunidad por no tener antecedentes de haber cometido delito, y le dejó libre hasta que el caso tenga una sentencia.

El magistrado dictó en el mismo acto el procesamiento de G.Z., que resultó que tenía antecedentes penales en otro departamento, como autor de tenencia ilícita de estupefacientes no para su consumo, y dispuso que también fuera enviado a prisión a cumplir la preventiva mientras se completa el proceso judicial.

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