Javier Sosa, edil del Partido Nacional, expuso en el último plenario de la Junta Departamental sobre la actualidad de la policía y sus incidencias en la seguridad de la población. En ese sentido hizo hincapié en “cuidar a quienes nos cuidan”.
“La seguridad es un servicio público esencial y ese servicio se sostiene en mujeres y hombres de carne y hueso. Un trabajador agotado no rinde, un policía exigido más allá del humano no puede cuidar adecuadamente a su comunidad”, comenzó exponiendo Javier Sosa.
“Necesitamos construir soluciones reales. Maldonado es el departamento que más ha crecido proporcionalmente del Uruguay. La comunidad que crece necesita un Estado que acompañe ese crecimiento. En ese escenario la policía cumple un papel central”, añadió.
En ese sentido señaló que el policía “está llamado a ser más que un agente de orden, es un servidor público en el sentido más amplio del término”.
“Detrás del uniforme hay personas, mujeres y hombres que tienen familias, sueños, preocupaciones. El verdadero valor humano de los policías está en su vocación de servicio, en su disposición de arriesgarse por otros, en la empatía con la que abordan problemas sociales que muchas veces trascienden lo estrictamente policial”, manifestó.
Sosa señaló que la salud física y mental de un policía se ve afectada, por un lado por largas jornadas laborales, traslados y rotación de horarios, y por otro debido a la exposición a situaciones de violencia y tragedias que generan un desgaste emocional profundo.
El edil dijo que “uno de cada diez policías está fuera de servicio operativo”, lo que equivale a 100 policías. “Esto incluye policías separados del cargo por sumarios administrativos, funciones formalizadas, otros con licencias médicas”, puntualizó.
Además, proporcionó cifras y dijo que en el año 2010 la Jefatura de Policía de Maldonado contaba con 1.250 efectivos y que en la actualidad “cuenta con tan solo 1.077 funcionarios”.
“La Jefatura de Maldonado debería contar hoy al menos con unos 1.500 funcionarios activos, lo que permitiría recomponer el ratio de seguridad acorde al crecimiento poblacional”, agregó.
Sosa señaló que esa falta de funcionarios deriva en superposición de tareas, exigencia constante y “presión operativa que obliga a cada policía a multiplicarse en funciones”.
“Ese desborde operativo empieza a erosionar lentamente todo lo que la formación ha construido. El desgaste no siempre se ve, pero actúa en silencio. Daña la motivación, la respuesta, la confianza. Y cuando ese deterioro no se atiende, los fallos comienzan a aparecer. Y eso no solo afecta al funcionario, afecta al sistema y afecta directamente a la seguridad de todos nosotros”, manifestó.
“Ese fenómeno de sobrecarga funcional impacta directamente en el bienestar de los funcionarios. Y es un punto que la sociedad no puede seguir ignorando. Cuidar a quienes nos cuidan no es un favor, es una obligación moral, social y estatal”, concluyó.
Foto: Javier Sosa en plenario de la Junta Departamental