Un hombre, de 50 años de edad, fue enviado a prisión en las últimas horas después que sostuvo un incidente con otro parroquiano de un bar, fue a su casa, se armó, y volvió con intención de terminar la disputa. La policía fue advertía de lo que pasaba, llegó al bar antes de que el iracundo sujeto desenfundara, le quitaron las armas, y le sometieron a la justicia, según un vocero policial.
Mediante una llamada telefónica alguien advirtió al personal de la Seccional 6ª de policía que estaba pasando algo feo en un bar de su jurisdicción, y con amenaza de ponerse peor todavía.
De la comisaría se dispuso que una patrulla policial se desplazara con premura al boliche, para constatar lo que ocurría. Cuando llegaron encontraron a un hombre mayor, que portaba dos revólveres calibre .38 (de uso militar).
Se procedió a asegurar que no usaría las armas quitándoselas, y se lo llevó demorado a la comisaría para proceder a su identificación y también a la del arsenal que tenía arriba.
En la comisaría se constató que Juan Carlos Márquez Rissoto tenía antecedentes penales. Interrogado, contó a los policías que acababa de tener una discusión con otra persona el boliche, por lo que optó por retirarse.
Seguramente vio posibilidades de que la discusión se agravara y que pudiera salir mal parado de ella, así que se armó con los dos revólveres y volvió al bar exhibiéndolos, en actitud persuasiva, pero también claramente amenazante.
Como Márquez vive en Maldonado y no en el lejano FarWest, su actitud fue informada a la juez en lo Penal de 4º turno, la que tomó el caso, revisó los detalles y se pronunció dictando el procesamiento con prisión del imputado como autor de un delito de acometimiento con arma apropiada en reiteración real con un delito de porte y tenencia de arma de fuego.