Ana Yacobazzo, la mamá de Silvia Fregueiro Yacobazzo, desaparecida hace 20 años en Maldonado, dijo a FM Gente que no ha recibido ninguna respuesta satisfactoria de las investigaciones oficiales que se hicieron, y acusó esta conducta del Estado, por omisión o cualquier otra causa, como un tema pendiente a ser resuelto por la sociedad.
“Nosotros siempre reclamamos que se hiciera la investigación como era debido, nunca obtuvimos ninguna respuesta”, dijo la señora Yacobazzo a FM Gente, mientras con algunos vecinos y familiares se manifestaron desde la Intendencia de Maldonado hasta la plaza San Fernando. Llevaban una pancarta con una pregunta: “¿Dónde está Sivlia?”
Agregó que “de hecho hace 20 años y todavía no la hemos tenido” esa respuesta que esperaba del Estado.
CONDUCTA DE ESTADO
La señora Yacobazzo observó que a “estos temas hay que encararlos como una problemática de nuestra sociedad, y es que se no se ha hecho lo suficiente” para saber lo que pasó.
“Si bien en estos últimos años algo hemos avanzado, sobre todo, en derechos humanos, es por ahí que debemos hacerlo, pero falta mucho”, estimó.
Explicó que falta “en la investigación de (el caso de) Silvia, especialmente, y en cualquiera de las otras; en Maldonado tienen varias desapariciones, Margot, Ana Paula Graña, Olga Yanet, Carla y otras más en el Uruguay”.
“Necesitamos que esta problemática se trate como una conducta del Estado, así que la respuesta es: que no (ha tenido respuesta hasta ahora), y la esperanza es que sí, que se haga” el esclarecimiento de lo ocurrido con su hija y tantas otras chicas, reclamó.
LA DESAPARICIÓN
Silvia fue vista por última vez en proximidades del Campus Municipal de Maldonado caminando junto a un hombre que conocía desde su Treinta y Tres natal. El hombre tenía antecedentes penales y en todo momento negó cualquier vínculo con la desaparición de Silvia que tenía 28 años en ese momento y un hijo, Santiago.
Silvia Mabel Fregueiro peleaba la vida y criaba a su hijo trabajando como doméstica para la familia Delfante, en la zona de Cantegril, por lo que eran diarios sus desplazamientos por avenidas Chiossi y Córdoba para ir y venir de sus labores.
El hombre que fue visto como el último acompañante de Silvia el día que esta desapareció, declaró que solamente la acompañó unas cuadras desde la Casa de la Cultura hasta las cercanías del Campus y que de allí ella supuestamente habría seguido sola.
La policía emitió varias señales de que estaba investigando el caso, pero nunca pudo mostrar un resultado que aproximara al conocimiento de lo que había pasado con Silvia.
Un funcionario policial creyó ver, en 1996, a una chica de características físicas similares a las de Silvia, mientras miraba un programa de la cadena Globo de Brasil. El programa abordaba el tema de la trata de blancas.
La policía pidió información sobre ese programa, pero nunca se supo si llegó información o la que llegó demostraba que nada tenía que ver con el caso de Silvia.
El cronista policial de El País, Marcelo Cúneo, fue enviado por esa misma época a Río de Janeiro. Cúneo consiguió tomar contacto con los colegas que habían realizado la investigación periodística para Globo, y analizó con ellos lo que habían reunido, incluyendo las imágenes, pero no consiguió aportar nada nuevo al caso.
EL AMOR DE MADRE
Ana Yacobazzo solía cada poco tiempo manifestarse en la plaza de San Fernando, con su foto, pidiendo a las autoridades celeridad para aclarar el paradero de su hija.
El tiempo fue pasando pero sin traerle una respuesta satisfactoria a esta madre que busca hace 21 años a su hija. Un día ya Ana Yacobazzo no apareció más en la plaza San Fernando.
En su búsqueda, recibió muestras de solidaridad, en el departamento, en el país, y en el exterior. Llegó a contactarse y reunirse con organizaciones internacionales dedicadas a encontrar desaparecidos en regímenes democráticos.
Este domingo, Ana Yacobazzo volvió a la intendencia, y camino hasta la plaza San Fernando, mostrando que no hay nada que pueda doblegar el amor de madre. Junto a ella iba un puñado de familiares y amigos. Llevaban la pancarta que más que un reclamo, a esta altura es un dedo acusador al Estado todo y su funcionamiento.