Rosana Cortazzo, presidenta de la Mesa Permanente de la Asamblea Técnico-Docente del Consejo de Formación en Educación, advirtió en la Contratapa de la Revista de FM GENTE sobre los límites del uso de dispositivos electrónicos en el aula y defendió el rol insustituible de la escuela como espacio de socialización y formación ciudadana.
En el marco de una jornada de intercambio con rectores de universidades pedagógicas de América Latina, Rosana Cortazzo —referente de la Asamblea Técnico-Docente del Consejo de Formación en Educación— abordó uno de los debates centrales en la educación actual: el impacto del uso de dispositivos electrónicos en las aulas y el valor de la presencialidad escolar.
“Podemos tomarlo como un factor negativo o un factor disparador de búsquedas de materiales, informaciones pertinentes para el propio trabajo que se está desarrollando en el aula”, dijo Cortazzo al referirse al uso de celulares y otras tecnologías. No obstante, subrayó que su utilización debe estar mediada por el propósito educativo: “Nosotros tenemos que pensar que todo tiene que tener como una media, es decir, habilitar el uso de dispositivos electrónicos es válido, pero ver en qué sentido, con qué propósito ese uso de dispositivos electrónicos se da”.
Marcando una diferencia entre niveles educativos, aclaró: “Una cosa es trabajar con adultos, como lo hacemos en formación en educación; otra cosa es trabajar con niños de 6, 7 u 8 años, que los límites en cuanto a eso quedan bastante más desdibujados”.
Consultada sobre si hoy es más fácil estudiar con las herramientas tecnológicas disponibles, Cortazzo fue contundente: “No es más fácil estudiar”. Agregó además que existen sectores que siguen quedando al margen: “Hay un conjunto de población en nuestro país y en el mundo que está segregado de los sistemas educativos”.
En ese sentido, defendió la función social de la escuela como espacio de construcción de ciudadanía. “El sistema educativo no solamente sirve para que las personas aprendan sobre una matriz de formación ciudadana general, sino también como un proceso de socialización clave”, afirmó. Y añadió: “¿Por qué importa que nuestros jóvenes, niños y adultos estén en instituciones educativas? Porque eso ayuda a un proceso de socialización, de vínculo, de interrelación, de tolerancia, respeto, entre otros”.
Finalmente, reconoció que las tecnologías pueden aportar soluciones, pero no reemplazan la experiencia educativa: “La virtualización, el trabajo en línea puede ser resorte que resuelva algunos problemas, pero el componente social integrador de vínculo con otra y con otros […] es clave para el desarrollo de nuestras sociedades”.