El uso de la tecnología permitió aclarar el crimen de Pablo Blois
Policial 16:30

El uso de la tecnología permitió aclarar el crimen de Pablo Blois

Aunque el jefe de policía de Maldonado, Erode Ruiz, adjudicó en FM Gente a la resolución del crimen de Pablo Blois en Playa Hermosa, un factor suerte a favor de los investigadores, los testimonios del oficial Jorge Costa de Investigaciones, y de Jhonny Silva, comisario de Piriápolis, subrayaron el papel que jugó el uso de la tecnología.

“Al ocurrir el hecho, obviamente concurrimos al lugar personal de Investigaciones junto con autoridades de la jefatura, y a partir de ahí ya empezamos a trabajar en el caso, el cual al principio era muy difícil, por cómo había sido, por el ambiente, lugar nocturno, gente alcoholizada, poca colaboración, había que andar buscándolos”, contó Costa.

Agregó que hubo una “coordinación que tuvo la policía tanto de investigadores como el comisario Jhonny Silva, de Piriápolis, y a su vez, con las unidades de otros departamentos: trabajamos en conjunto con gente de la Jefatura de Policía de Artigas, Tacuarembó, Salto, y Montevideo”.

UBICANDO A LOS AGRESORES
Costa dijo que algunos testigos “aparecieron a hablar y otros no, pero con ese poco que tuvimos al principio de gente que habló, sirvió para algo, se logró dar en punto en común que los autores habían estado en el lugar en un auto Chevrolet Astra color bordeaux, en el cual se habían retirado”.

“Habían regresado con una moto, en la cual sí, ya había más variaciones de la misma, que podría ser una 125, podía ser una pollerita una PX, y a raíz de ahí se empezó a hacer un sistema de analizar cámaras existentes en la vuelta”, reveló.

Apuntó que “se pudo dar con la de la estación de servicio de la Ancap, logramos un gran apoyo de la gente que trabaja allí que recordó, como es gente de Piriápolis, que (la del auto Chevrolet Astra) era gente de afuera; les llamó la atención, incluso, las características, como que eran muchos, cómo actuaban”.

“A raíz de eso perfilamos la hora, pudimos ubicar el vehículo, el Astra, el día del hecho, una hora antes del hecho, cerca de las dos de la mañana, poniendo combustible en la estación de servicio”, continuó.

Afirmó que “ahí se pudo apreciar parte de la matrícula, que era una matrícula de Artigas, se veía las letras, y nos faltaba el último número”.

Narró la coordinación técnica que tuvieron con la Jefatura de Policía de Artigas para identificar el auto. Lo consiguieron, pero apareció otro problema: entre 1999 y la actualidad, el Chevrolet Astra pasó por una decena de propietarios. Los últimos fueron los protagonistas de la muerte de Pablo Blois.

AFERRADOS AL AUTO
Costa expuso que “a partir de ahí (el auto) empezó a ser la más importante línea de investigación”. “No podíamos perder el objetivo, el tema del auto (por el) que íbamos a llegar a quiénes habían estado allí”, reforzó.

Explicó que siguieron con el análisis de lo que habían filmado las cámaras de la estación Ancap (después reforzaron esas visualizaciones con otras cámaras de la zona), y pudieron determinar cuántos eran: “Eran tres masculinos y tres femeninas”, tres hombres y tres mujeres, afirmó.

También vieron a algunos de ellos, un hombre y una mujer, que entraron en los baños de la estación de servicio en la tarde previa del viernes previo al homicidio.

En las últimas visitas (que realizaron por Tacuarembó y Salto también) buscando al actual propietario del Chevrolet Astra, encontraron a alguien que “tenía un papel, un compromiso de compra venta del mismo que también lo había vendido a otro”.

“Era (el último comprador) uno de los procesados, Leonardo Toledo, que era de El Cerro (en Montevideo), con profusos antecedentes penales, por rapiña, por homicidio”, avanzó.

Dijo que “ahí ya saltó el alerta, estábamos cada vez más cerca”.

PISÁNDOLE LOS TALONES
Costa llegó a la parte medular del relato, cando empezaron a pisar los talones a los sospechosos: “Ahí salta la gente de Información Táctica de Montevideo, que es una oficina creada hace dos años aproximadamente, depende directamente del jefe de policía de Montevideo, trabaja con hechos importantes, homicidios, etcétera”.

“Ellos estaban trabajando con esta gente, los tenían posiblemente vinculados a determinados hechos”, dijo, preservando otra investigación de los colegas.

Indicó que “ellos nos cruzaron la información de los otros, que nosotros no teníamos, por ejemplo, los que habían entrado en la filmación, tuvimos una reunión con el señor juez y la fiscal, los cuales estuvieron al tanto en todo momento de lo que veníamos haciendo, y después con ellos fue que los detuvieron allá, la parte operativa la realizaron ellos”.

“Inmediatamente nosotros fuimos allá y comenzamos las indagatorias donde por suerte logramos llegar al objetivo”, cerró Costa.

Confirmó que la captura de Juan Andrés Taborda Moreira, de 30 años de edad, realizada el viernes 15 de mayo en El Cerro de Montevideo, corrió por cuenta de personal de la capital del país, “porque cuando los detuvieron en la primera oportunidad a Leonardo, y a Abel Royano, Taborda en ese momento no estaba con ellos”.

MÁS CÁMARAS; APARECE UN FIAT
Costa dijo que “también se trabajó con el tema de las cámaras de los peajes, tanto de Pando como de Solís, de entrada como de salida; eso se coordinó con el CCU, Centro de Comando Unificado de Montevideo, donde estuvimos varias horas mirando las filmaciones para ver cuándo entraron” a Maldonado.

“Ahí se los ve entrar el viernes en horas de la tarde, al Astra Bordeau, con un Fiat Palio blanco atrás, porque dentro de los testimonios también de la gente de Piriápolis, que se recabaron allí, pudimos lograr dos cosas más, una que el auto en seguida que salió de allí hacia arriba, cuando se dio a la fuga, digamos, chocó en una esquina, derrapó, quedó partes del vehículo allí”, declaró.

Y completó que lo otro que consiguieron fue determinar cómo "quedó escondido el auto, junto con otro blanco, y la gente hablaba como que había otro blanco con ellos, que eso con las cámaras (de Piriápolis) no lo habíamos podido determinar”.

“Entonces en el peaje se lo ve entrar, se ve el Astra, y atrás se ve entrar el Fiat Palio blanco, con la matrícula; entramos a tirar la matrícula en lo que se llama el Sistema de Gestión de Seguridad Pública, y ahí vemos que estaban rellenado las personas; ahí es que sale Taborda como (que vino) en el auto blanco”, consolidó.

Costa completó el relato de la investigación: “Es ahí que se lo saca y se lo une con el procedimiento, que también lo conocía la gente de Montevideo que era toda una barra de delincuentes que operan juntos”.

POR LA REVANCHA
El jefe Ruiz señaló que hubo dos enfrentamientos entre el grupo que acompañaba a Pablo Blois y los que tenían antecedentes penales, en el parador de Playa Hermosa.

“Ellos (el grupo de los homicidas) no estaban armados, porque en primera instancia no estaban armados; después fueron a la casa, que estaba allí, a un par de cuadras, y ahí se armaron y volvieron por la venganza, que eso es lo que más duele, porque si ya estaba liquidado el tema, para qué volvieron”, se preguntó.

Agregó que “volvieron por un asunto de marcar territorio, acá me pegaron pero van a ver quiénes somos nosotros”, reproduciendo lo que debieron pensar los agresores.

“Y lo otro lamentable es que el hombre de Piriápolis (que se enfrentó primero con los agresores) fue por una línea de tiro por donde venía caminando Pablo; si arranca para el otro lado no lo hubiera tocado a Pablo, por ejemplo, pero capaz que hubiera matado a otra persona”, dijo.

Concluyó que “la situación, cuando estamos hablando de 12 disparos, son 12 balas que anduvieron en el aire”.

Finalmente Ruiz agradeció al jefe de policía de Rivera que le aportó datos que consideró gravitantes durante toda la investigación, e hizo su balance: “Bueno, cuando hay esa fuerza y ese deseo de aclarar algo siempre la suerte nos acompaña, también se necesita de mucha suerte”. Lo que contó Costa subraya que hubo mucho más trabajo que suerte, y uso de la tecnología.

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