¿Cómo sintetizar lo que es Chicago? Quien la defina como la escuela del crimen, porque allí el gangster Al Capone se graduó en el delito, no se equivocaría. Tampoco quien recordara que es la escuela del liberalismo económico, los Chicago Boys. O la Escuela de Chicago, referida a una línea arquitectónica propia. Entonces, Chicago es la escuela.
Pero más allá de cualquier cliché, Chicago es hoy una ciudad que se muestra orgullosa de su multifacético pasado, el que la convierte en una de las principales atracciones turísticas de Estados Unidos.
Chicago que fue conocida coloquialmente como “The Second City”, es en realidad la tercera ciudad de Estados Unidos si se las ordena por cantidad de habitantes, detrás de Nueva York, y Los Ángeles. Se encuentra en el estado de Illinois, y es la sede del condado de Cook.
Conforma la costa suroeste del lago de Michigan, y soporta la denominación de La Ciudad de los Vientos. Setenta y siete áreas comunitarias o barrios conforman su superficie de 606 kilómetros cuadrados, en la que se distribuyen los 2,9 millones de habitantes.
Ver lo que se ve en un giro de 360 grados desde el observatorio John Hancock, en la actual Willis, ex torre Sears o mirar el entorno desde la azotea fija del Skydeck Chicago, son algunas de las tentaciones que algunos operadores turísticos ponen delante de potenciales turistas.
Pero Chicago es mucho más que eso. Al igual que Nueva York, Chicago puede ufanarse de haberse convertido en un verdadero crisol de culturas. En sus 77 barrios conviven de forma permanente personas que provienen de más de 100 países, con sus tradiciones y culturas a cuesta.
LA ARQUITECTURA
La arquitectura es uno de los distintivos más reconocidos de esta ciudad, cuna de la Escuela Arquitectónica de Chicago que logró su propia identidad y reconocimiento mundial. Como síntesis de sus logros se ofrece al turista visitar la Torre del Agua, los edificios Wrigley, MerchandiseMart, Willis Tower (ex Torre Sears), Trump Tower, John Hancock, y Marina Towers, para poder decir que pasó por la Ciudad de los Vientos.
La oferta turístico arquitectónica de Chicago se manifiesta en este dato: la Fundación de Arquitectura de Chicago cuenta con 85 recorridos a pie, autobús, o barco, que aproximan a quien escoja algunos de ellos a la diversidad técnica y estética que pueden concentrar sus edificios.
Es tal la importancia de la arquitectura que se elevó en Chicago, que la Fundación de Arquitectura cuenta con el Chicago’s First Lady, un barco que en el verano ofrece un recorrido oficial por las recomendaciones arquitectónicas de la ciudad. Hay otros buques de empresas privadas que ofrecen sus propios recorridos y compiten con el de la Fundación.
LA NATURALEZA
La naturaleza es otra gran atracción de Chicago. Todo su costado occidental consiste en llanuras que albergan grandes cultivos de maíz y trigo, pero de la planicie se pasa abruptamente a una zona montañosa, las Rocallosas, sin que se pueda encontrar alguna señal que advierta el cambio de escenario.
El clima de Chicago es un adelantado de los tiempos modernos. Los inviernos son extremadamente fríos, y los veranos enormemente tórridos, lo que da una señal al visitante de que las mejores épocas para visitar la ciudad son las intermedias, primavera y otoño.
Así como el centro de Chicago está dominado por edificios que compiten con rasgos propios y en altura, a medida que se pasa a zonas más periféricas las edificaciones recobran alturas más normales de barrios vivienda de obreros, o de fábricas.
No hay actividad que no se pueda realizar o disfrutar en esta ciudad, y cada una de ellas tiene su propio rincón, lo que multiplica tanto su oferta de entretenimiento, cultura, adquisición de conocimientos, que la convierte en una verdadera representación física de esta era de las comunicaciones.
EL INCENDIO
Si hay un episodio de su historia que destaca sobre todos los demás porque marcó a esta ciudad para siempre, fue el incendio que en 1871 la arrasó, 92 años después de su fundación.
Chicago cambió totalmente y para siempre después del incendio. Su edificación, básicamente de madera, debió ser reconstruida completamente y a partir de la experiencia, comenzaron a dominar los edificios de cemento y materiales no inflamables. Nacía así la nueva Chicago.
Esa reconstrucción arquitectónica, y el albergue que abrió a miles de familias que llegaban de todo el mundo con la esperanza de construir futuros prósperos, fueron los motores que hicieron renacer a Chicago a lo que es actualmente.
Hoy esa historia se puede apreciar con solamente pasearse por cualquiera de sus barrios. Un multiculturalismo expresado en costumbres, idiomas, sonidos, olores, cocina, la pone a competir con éxito con Nueva York: la gente ha asumido su papel como ciudad viva.
La Torre Willis, ex Sears, es ofrecida por algunos operadores turísticos como un buen inicio de una recorrida desde el punto de vista arquitectónico. Se trata de una torre de 440 metros de alto, que permite subir a su piso 110 para ver la vista de la ciudad completa, pero ya en el piso 94 funciona un mirador con un bar, como narrábamos líneas arriba. En ese lugar el alcalde, Rahm Emanuel recibió a los periodistas que visitamos invitados esta metrópolis.
El Instituto de Arte de Chicago forma parte del itinerario de cualquier turista que llega a la ciudad. Es un edificio de línea neoclásica, de fines del siglo XIX, en cuyo interior se exponen múltiples colecciones únicas. Ofrece una de las mayores pinacotecas del mundo.
HEMINGWAY
¿Qué latino que pase por Chicago se iría sin conocer la casa natal de Ernest Hemingway? En el 339 de North Oak Park Avenue, se ofrece un recorrido por la vivienda en la que Hemingway vino a este mundo. Todo lo imaginable sobre Hemingway, y lo no imaginable también, se puede encontrar, ver, disfrutar allí.
Cerca se encuentra el Frank Lloyd Wright museum, fue la residencia del genial arquitecto y hoy ofrece en su interior la posibilidad de visitar una de las más magníficas mansiones. Los city tours más recomendados de Chicago, parten desde este museo.
Pero no todos van buscando algo específico cuando visitan una ciudad. Muchos sólo aspiran a traer impregnado en su conocimiento, la apreciación de la vida y costumbres de personas anónimas que residen en ellas.
Chicago tiene el encanto particular de servirle el mejor banquete a las personas que son capaces de disfrutar su estadía en una ciudad o país, solamente caminando, andando en bicicleta, y observando personas, sus comportamientos, su interacción, sus reacciones, y sus agonías diarias. Se puede salir sin rumbo, o bien elegir ir por el barrio italiano, de los alemanes, el polaco, el afro, el ucraniano. En cada uno se hallará una oferta gastronómica acorde con el recorrido escogido.
Clásico de todos los clásicos: el centro de Chicago ofrece los mejores centros para realizar compras de la ciudad. Las marcas más famosas se alinean a lo largo de avenida Michigan.
LAS MINORÍAS Y EL JAZZ
Chicago adquirió prestigio por ser una de las ciudades pioneras en proteger a las minorías, étnicas, sexuales, diásporas, culturales, o de cualquier diversidad. Saber descubrir la forma cómo coexisten esas minorías es otro desafío para el visitante de Chicago.
Difícilmente alguien que haya viajado a Chicago y vuelva a su lugar de residencia sin haber tenido algún tipo de experiencia, de contacto con el jazz, podrá comprobar que la visitó.
Si bien el jazz apareció en Estados Unidos, particularmente en Nueva Orleans, a fines del siglo XIX, Chicago tomó su auge a partir de 1920. Es que en 1917 las autoridades de Nueva Orleans cerraron el barrio Storyville, donde se concentraban los mejores músicos de jazz, y estos decidieron buscar albergue en otra ciudad. Chicago les recibió, con toda su vida nocturna, y se transformó en símbolo de esta música, y de sus mejores exponentes.
El río Chicago atraviesa la ciudad y particularmente su centro. Tiene una extensión de 251 kilómetros, y una particularidad de la que poco se sabe en el resto del mundo. A fines del siglo XIX, después que el incendio arrasó Chicago, se decidió modificar el curso de sus aguas hacia el sur, y no hacia el norte, como lo hacía originalmente. Es que el río Chicago arrastraba mucho desperdicio, y lo llevaba a depositar al enorme lago de Michigan. Una obra de ingeniería increíble revirtió su curso para evitar que el lago Michigan se fuera llenando de desechos.
Los habitantes tienen la costumbre de teñir sus aguas de verde el 17 de marzo, fecha que conmemora el fallecimiento de San Patricio, patrón de Irlanda.
Michael Jordan, considerado por algunos como el mayor jugador de baloncesto de todos los tiempos, nació en Brooklyn, Nueva York, pero hizo la carrera que lo propulsó a la fama en Chicago, en los Chicago Bulls. Hay quienes afirman que el encanto de la ciudad que también albergó a Al Capone, o fue la cuna de Heminway, sirvió de marco para la construcción deportiva de Jordan. Otros dicen que fue al revés, que Jordan terminó de poner en la consideración de sus connacionales a una ciudad estigmatizadas por historias parciales, pero todas maravillosas.
Justamente en la avenida Michigan junto al antiguo edificio del Chicago Tribune, está uno de los restaurante “Michael Jordan”, con toda su elegancia.
Habría mucho más para contar sobre esta ciudad de vibrante y activa pero sólo pretendimos realizar un repaso a algunas de sus características.