ROSTROS DE LA TRAGEDIA: "Los disparos sonaban como si nunca fueran a terminar" relatan los sobrevivientes de la masacre de Orlando en la que 49 personas murieron y 53 resultaron heridas. La comunidad latina fue la gran víctima de la matanza realizada por Omar Mateen, un inestable, violento y homófobo americano con ascendencia afgana.
El ataque perpetrado por Mateen se considera el peor desde los atentados del 11 de setiembre del 2001 y ha dejado consternado al mundo. En diferentes ciudades se realizaron manifestaciones y concentraciones solidarizándose con las víctimas de Orlando.
Desde que Barack Obama llegó a la Casa Blanca en enero de 2009, pese a sus intentos para endurecer el control de armas, todos los años se ha producido al menos un masacre con varias víctimas por disparos con arma de fuego.
El ISIS reivindicó la autoría del atentado y, de hecho, Mateen llamó poco antes de iniciar el tiroteo al teléfono de emergencia 911 y declaró su lealtad al ISIS, según NBC News. Mateen había sido investigado en dos ocasiones entre 2013 y 2014 por el FBI por su posible vinculación a grupos terroristas.
Durante las llamadas al 911 el atacante dijo que llevó adelante la masacre en nombre del líder de Estado Islámico Abu Bakr al-Baghdadi, a quien nombró y juró lealtad, pero también clamó su solidaridad con los atacantes que en 2013 explotaron una bomba durante el maratón de Boston y con Moner Mohammad Abusalh, el primer ciudadano estadounidense en perpetrar un ataque suicida con bombas en Siria.
Más lejos de las investigaciones, las familias de los 49 asesinados por Mateen reaccionaron de distintas formas pero una frase se repite en todos los testimonios: "It hurts too much" (Duele demasiado).