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ASUME LULA. El domingo 1 de enero Luiz Inácio “Lula” da Silva iniciará su tercer mandato presidencial con una perspectiva de inflación para 2023 inferior a la que la economía argentina tendrá en un solo mes, diciembre de 2022. El presidente uruguayo, Luis lacalle Pou concurrirá acompañado de los ex presidente José Mujica y Julio María Sanguinetti, a los cuales invito especialmente.

Según proyecciones de la consultora Abeceb, que sigue de cerca las vicisitud de la economía brasileña, en 2023 la inflación en el socio mayor del Mercosur será de 4,8%, tras un 2022 en que cerraría en 5,7%, casi 17 veces menos que el guarismo inflacionario del 96% en que, según la consultora, cerraría este año la economía argentina.

A mediados de año, en el pico del aumento de los precios internacionales de los alimentos y la energía debido al efecto de la invasión rusa y la guerra en Ucrania, Brasil llegó a registrar una inflación interanual cercana al 11%, pero –dice Abeceb– “la fuerte respuesta del Banco Central derivó en un importante proceso de desinflación durante 2022, que continuaría el año próximo”.

CRECE MENOS

La comparación no favorece a Brasil en cuanto al nivel de actividad pues –siempre a estar de los cálculos de la empresa del ex ministro Dante Sica– mientras la economía argentina cerraría 2022 con un crecimiento del 5,5, la del vecino país lo haría con 3,2 por ciento. Las distancias se achicarían en 2023: en un contexto internacional recesivo Brasil crecería apenas 0,7%, mientras la economía argentina desaceleraría aún más fuertemente, pero volvería a crecer –muy levemente- más que su socia del Mercosur, a una tasa del 1 por ciento.

“La retracción de la economía de Brasil se dará fundamentalmente por una normalización de la actividad postpandemia, un menor crecimiento mundial, el efecto rezagado de la suba de la tasa Selic (la tasa de referencia del Banco Central) y el recorte del paquete fiscal extraordinario que dio el gobierno de Bolsonaro en el contexto de las elecciones”, dice un pasaje del informe, que recuerda que ya en agosto y septiembre Brasil se desaceleró y creció solo 2,4%, nivel por debajo de la etapa de prepandemia y lejísimos del exuberante 18,7% que había alcanzado en un momento de 2011.

Lula asumirá en un contexto en el que el sector de bienes y el comercio crecen, pero a solo un 0,7%, mientras que las actividades de servicio llevan cinco meses consecutivos de crecimiento y registran un alza del 1,1%, el nivel más alto de la serie. Aún así, la tasa de desempleo bajó 3,9% en el tercer trimestre respecto del mismo período de 2021 y llegó al nivel más bajo desde 2015.

COMERCIO BILATERAL

El informe de la consultora contiene también un análisis de la relación bilateral de la Argentina con Brasil, su principal socio comercial (aunque en algunos meses de este año lo fue China). En los primeros once meses del año, el intercambio arrojó un déficit de USD 2.238 millones para la Argentina. Mientras las importaciones argentinas desde Brasil crecieron 33,7%, las exportaciones hacia Brasil lo hicieron al 13,1% interanual. Así las cosas, el 2022 cerraría con un déficit bilateral para la Argentina de USD 2.400 millones, muy superior al de 2021 aunque bastante inferior al rojo bilateral promedio de los 15 años que fueron e 2004 a 2018, en que el gigante del Mercosur se anotó un superávit anual promedio de USD 3.500 millones en su intercambio con la Argentina.

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