Con el look veraniego y deportivo de los meses de enero, Lacalle Pou llegó mochila al hombro, matera en mano y gorro para el sol. Lorena Ponce de León, de elegante estilo casual veraniego lo acompañaba.
Entre los fotógrafos, periodistas y autoridades que aguardaban al mandatario también estaba Maturro, máquina de apuestas en mano, que lo abordó enseguida del arribo del mandatario al puerto y lo invitó a realizar la jugada.
No se sabe si convencido por la habilidad de Maturro, que lleva años levantando apuestas en la península, o porque los pozos Oro y Revancha no tuvieron aciertos en la noche de este jueves y se acumulan para el domingo, lo cierto es que Lacalle Pou aceptó.
Su esposa apuntó y asesoró en los números, Lacalle Pou los aceptó y Maturro quiso regalar la jugada pero con la condición de que si acertaban el pozo, iban a medias. Lacalle Pou prefirió pagar y sacó una moneda de 50 pesos.
Luego, rodeado de autoridades, se dirigió hacia la pasarela de embarque adonde lo esperaba la embarcación Black Beauty con el intendente y varias autoridades aguardandolo.
ARGENTINOS
En la previa del embarque también un grupo de argentinos se acercaron a Lacalle Pou a pedir una selfie con el presidente.
Luego de las fotos, varios le pidieron que "vaya a gobernarlos a Argentina".
Javier Santomé, capitán de Armamento de Buquebús. Informó que tras la declaración de la emergencia sanitaria, el 13 de marzo, que determinó el cierre de fronteras, la empresa “quedó inactiva. Nuestro primer viaje fue a mediados de mayo”, recordó.
Horacio Barrán, pasajero de Buquebús en el viaje del viernes pasado en el que venían dos infectados de COVID asintomáticos, dijo a FM GENTE que el protocolo sanitario que se aplica en el barco “está muy bien. Hay que ir con tapabocas y cuando uno ingresa pasa por una máquina que te ensopa, ligeramente… En el trámite en el barco no hay riesgo de contagio”.
Tal cual estaba prevista, se cumplió la cena para recaudar fondos destinados a la Fundación Hemovida que beneficiará al Hemocentro Regional de Maldonado. Un vez culminada la actividad, los organizadores anunciaron que se habían recaudado 320 mil dólares entre tickts vendidos y el remate de objetos diversos, entre ellos, una escultura donada por Pablo Atchugarry, cuyo valor es de 250 mil dólares y se subastó en 85 mil dólares dólares.