Los arquitectos Leonardo Noguez y Roberto Suárez, cuyo estudio ganó un concurso de ideas para el futuro urbano de La Barra, contaron en FM Gente de qué trata el proyecto. La iniciativa propone fuertes cambios para mejorar la circulación vial, como flejar la Ruta 10, enajenar terrenos para estacionamiento, construir varios kilómetros de ciclovías y convertir una vasta zona en un “paseo ribereño”.
El proyecto de los arquitectos Leonardo Noguez, Roberto Suárez, Etelvina Borges y Juan Pablo Imbellone ganaron, tiempo atrás, el "Concurso Urbano para la zona de La Barra de Maldonado" realizado por el Municipio de San Carlos, la Union de Comerciantes, Artistas y Profesionales de La Barra y la Intendencia de Maldonado. La propuesta será un insumo para que el gobierno local y departamental, en conjunto con organizaciones privadas, adapten aquella zona a los tiempos que corren.
Noguez y Suárez explicaron que la propuesta urbana se originó en la conjunción de las vivencias, reflexiones, iniciativas y acciones en La Barra integrando urbanismo, arquitectura, paisaje, ecología y diseño. Procura, por tanto, “fomentar nuevos escenarios urbanos, acompañados del sentido común, preocupados por la cotidianidad de los espacios, la interacción ambiental y urbana a través de nuevos usos y dispositivos”.
El ambicioso proyecto postula importantes cambios en la estructura circulatoria de la zona, considera por los arquitectos como “una gran debilidad y amenaza para el crecimiento y desarrollo de todo el territorio al Este del arroyo Maldonado”. En ese sentido, se propone una batería de operaciones que conviertan la Ruta 10 en un paseo, despejen su área de influencia priorizando la calidad del espacio público, propiciando el desarrollo comercial y consolidando los circuitos culturales.
Se desestimula la circulación vehicular, mejorando la convivencia de peatones, ciclistas y vehículos, delimitando aéreas de sentido único y baja velocidad para los automóviles. Por la actual Ruta 10 se circulará en sentido Este, mientras que en sentido Oeste se buscará un nuevo trazado en el área urbana de La Barra, desplazado una manzana hacia el norte.
El diseño propone una definición entre circulaciones peatonales, ciclovías y vehiculares a modo que no exista interferencia entre ellas. Como solución a la aglomeración, se plantea sustituir el actual atajo, por una ruta perimetral que circunvale el área urbana de La Barra, continuando la Av. Miguel Jaureguiberry hasta fusionarse con la calle Carlos Gardel.
Esta solución definitiva a la aglomeración vehicular implica la compra y/o expropiación de predios privados y ensanche de calles públicas.
ACERAS Y BICI SENDAS
El proyecto propone ampliar y definir claramente los espacios peatonales, establecer un equilibrio entre vereda y naturaleza, recuperando espacios para el peatón y la presencia de árboles y vegetación. “No se trata solamente de responder a una función, sino de componer y definir un espacio dotado de significado”, indicó Noguez.
También se propone una bici senda desde el puente Leonel Viera, que recorra La Barra, Manantiales y llegue en paralelo a la Ruta 104 hasta la Fundación Pablo Atchugarry, pudiéndose anexar los tramos hasta la Escuela 24 y la ciudad de San Carlos”.
“El uso de bicicletas, en tanto uno de los medios de transporte urbano más sostenibles, Requiere menos recursos naturales y produce menos desechos que cualquier otro. A su vez, puede contribuir a una mejora en la salud, reducir costos, ahorrar tiempo y fortalecer vínculos sociales”, argumentan los arquitectos en su proyecto.
Advierten que esta propuesta debe ir acompañada de una campaña de movilidad como política pública, mediante iniciativas público-privadas, con el fin de favorecer y promover el uso de bicicletas. Y plantea un sistema de préstamo y alquiler de bicicletas, infraestructura de apoyo a los ciclistas, estaciones con indicaciones y mapas de recorridos.
ESTACIONAMIENTOS Y ZONA COMERCIAL
El proyecto recomienda desestimular el estacionamiento sobre Ruta 10, identificando terrenos al norte de la ruta que puedan ser adquiridos o expropiados para estacionamiento. También se puede promover el estacionamiento en las vías perpendiculares a la “Ruta 10” y en espacios especialmente destinados para ello.
Fomentar el desarrollo comercial creando nueva oferta de emplazamientos comerciales, con una nueva espacialidad, red de espacios verdes, arbolado y diseño urbano calificado, es parte de la iniciativa.
El espacio público entre el “Edificio Delamar” y el complejo “Palmas de La Barra” se concebido como paseo ribereño. Se plantea una renovación del centro de alquiler de artículos náuticos existente, así como la anexión de una cafetería que contempla la desembocadura del Arroyo Maldonado. A modo de complemento se propone una batería de servicios higiénicos subterránea, que incluye locales accesibles.
Se complementará el muro de contención existente con una baranda similar a la que equipa al puente Leonel Viera. Nuevamente se apela a elementos locales con el fin de potenciar la coherencia del conjunto.
EQUIPAMIENTO URBANO
Para valorizar el espacio público con espacios evolutivos, flexibles y durables, se proponen materiales simples como hormigón, madera, con diseños sencillos que se adaptan e integran a la estética de una ciudad balnearia.
Se plantea, además, el objetivo de “sanear la ruta de la contaminación visual que genera una cartelería caótica”. Para ello se propone un cuerpo normativo básico a seguir que reglamente alturas, retiros y superficies máximas que deberán respetar todos los anunciantes con el fin de lograr un entorno ordenado y homogéneo. El contralor de realizará mediante la fiscalización y consulta previa a la instalación de cartelería publicitaria, colores y materiales de fachada.
La publicidad se circunscribirá al plano de la línea de edificación, evitando la invasión del espacio público. En este contexto, se propone prohibir las construcciones de mamparas cerradas en el área de retiro frontal, lo que devolverá un mayor ancho a la calle y aumentará la luminosidad y amplitud espacial. Se podrán realizar terrazas, pérgolas o toldos abiertos con consulta previa.
BALNEARIO ACCESIBLE
Las veredas y caminerías estarán diseñadas contemplando la normativa vigente respecto a la accesibilidad de personas con discapacidad. Para ello se construirán rampas en desniveles y se dispondrán pavimentos con señalética táctil para personas ciegas y con baja visión, señala el proyecto.
Agrega que el tratamiento del paisaje es un aspecto trascendente en la calidad de una zona urbana, donde los espacios verdes tienen un papel importante para garantizar la sostenibilidad social y medioambiental. “Mediante la planificación se pueden conseguir jardines frondosos y de bajo mantenimiento. Es posible proyectar conjuntos con floración programada, seleccionando colores, texturas y volúmenes, así como es importante atender la interacción entre especies”, advierten los arquitectos.
Por eso propone utilizar flora autóctona como aporte a un diseño que pretende además de resaltar la percepción visual y la experiencia estética, poner el valor la identidad local.