Luis Mario Vitette en entrevista en FM Gente, desgranó su análisis del momento que está viviendo después que el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, lo denunció penalmente por apología del delito. Vitette, no habló nada del robo al banco Río de Acassuso, Argentina, que le hizo famoso, pero sí se expresó víctima de Bonomi, del actual Estado uruguayo, y se quejó que ni siquiera le dieron “contención”.
“El Estado no me ha ofrecido nada, no me ha ofrecido contención de ningún tipo”, dijo sintiendo que le asiste la razón, casi al fin de la larga entrevista. “No estoy haciendo politiquería barata, me estoy defendiendo de un ataque”, preciso poco antes.
Ofreció más de tres veces en la entrevista lo mejor que siente que puede dar a Uruguay: comprar un kilo de yerba, una bolsa de bizcochos, e ir a hablar con chicos recluidos en el Instituto del Niño y el Adolescente, INAU, o cualquier otro instituto similar, para aconsejarles que no se dediquen al delito, que estudien.
Pero él mismo se encargó durante la entrevista de entrar en lo que él llama “el personaje”, Marito, el arrabalero, el delincuente que tiene una larga foja de delitos cometidos, y salir de él sin aviso y convertirse en Luis Mario, el pobre tipo de 60 años que está “enfrentando algunos temas legales por hablar de mi triste vida, de lo que no hubiera querido ser”.
MARITO, EL PERSONAJE
“Marito, ese personaje que yo ahora ya lo odio, altanero, egocéntrico, contestatario, le escribe al Papa, a Cristina Kirchner, al Pepe Mujica, al señor presidente, perdón, de los uruguayos, ese personaje lo tengo que matar en cualquier momento”, dijo, dueño de un histrionismo que se soltó desde un principio, aunque al final lo llamó “coraje” por venir a enfrentar al equipo de FM Gente al que afirmó no conocía.
Agregó que Marito “fue creado con un propósito económico, por un libro, por una película, pero después la gente, y está bien, no distingue el de short y ojotas, al de traje y corbata y anillos caros; entonces, el personaje dice cómo me voy a arrepentir; la persona dice maldita mi adolescencia que encontré este camino”.
Galante con las mujeres del equipo, con Nibia González, la locutora, con Daniela de León, que lo reconoció en la plaza de San Carlos mientras iba hacia una cita en un juzgado por una causa que ubicó como personal y a la que no se quiso referir.
“El otro día pensaba, digo, encontré mi destino en el camino que siempre quise evitar; yo fui preparado como todos en estos pueblos divinos, estudiando un poquito de música, un poquito de inglés, de idioma, yendo a misa, primario, que acá se llama escuela, al liceo, el casamiento, los hijos, la empresa, hasta ahí llegué”, describió su vida con íconos fáciles de reconocer por cualquiera.
Añadió que “después, por un hecho lamentable, que lamentaré toda mi vida, no le estoy hablando al ministro, que me denuncie en todos los juzgados que quiera, me estoy hablando a mí mismo, fue girar 360 grados pero así, en 1.000 revoluciones por minuto, y mi vida cambió”.
Se negó a hablar de ninguno de sus delitos, y tampoco del dinero o de qué vive, pero la afirmación anterior podría ser una referencia a la muerte de una persona por la que fue condenado y cumplió prisión.
PRESCRIPCIÓN DE DELITOS, SUYOS Y DE BONOMI
Vitette afirmó que todos los delitos que cometió prescribieron en 2008, no refirió si por alguno no fue juzgado o encontrado culpable, pero sí aseguró que Bonomi, junto con el resto de los tupamaros que estaban presos al final de la dictadura, recobraron la libertad sin purgar sus condenas, por un motín del que él participó en el penal de Punta Carretas, en 1984.
“Cuando Marito, o Luis Mario, todavía era Luis Mario, mire lo que le voy a decir, en el año ‘85, ‘84, hacía programas de televisión reclamando la ley 15.737 por la que se fue en libertad el ministro, ahí no era apologético” del delito, ironizó.
Agregó que Bonomi “está libre por una ley y un motín que nosotros hicimos en el penal de Punta Carretas; yo estaba, a mí me fue a ver Víctor Hugo Morales; el otro día lo recordó el señor Omar Gutierrez; cuando nosotros hacíamos huelga de hambre siendo delincuentes comunes”, recordó.
Dijo que entonces “no era apologético (del delito), ahí era correctamente político”, cuando quiso decir políticamente correcto. “Entonces digo, hagamos política donde corresponde, que le pidan un espacio de audiencia” a Bonomi, se lanzó.
LA PLATA, LA PERSECUCIÓN QUE DICE SUFRE
Vitette desliza que está siendo objeto de una persecución que no aclara de dónde proviene, pero sugiere que podría ser de la misma policía. “Yo digo, hace uno o dos años fui noticia acá en la República Oriental del Uruguay porque no se sabe (por) quién, fueron con una retroexcavadora a 20 hectáreas de campo que yo tengo por ahí, donde están sepultadas las cenizas de mi papá; a pedido de nadie”, deslizó.
“No digo ni dónde vivo, me andan persiguiendo por todos lados, no sé”, lanza en determinado momento sin terminar la frase, y ante la pregunta de quién lo persigue, responde: “Y yo no sé, yo no quiero ni mirar”.
Cuando le preguntan si no será sólo él que se siente perseguido, responde: “No, no, no, yo no me persigo; yo estoy escondido en una playa donde no pasa nadie, y lo único que pasa es el móvil policial; y no nos olvidemos que a mí me está denunciando el jefe de la Policía”, suelta enigmático.
“Entonces digo, si yo me quedo en una ciudad ahora, acá, donde estoy, roban el auto de enfrente, fue Marito Vitette, porque es políticamente correcto encontrarlo responsable de un ilícito”, razona reforzando su posición de víctima, además del Estado, de su propia vida.
Vitette sostuvo un par de veces su condición de persona con escasos recursos y señaló que sueña terminar de acomodar su vida con un libro y una película sobres sus andanzas, pero de la misma forma afirmó que no conocía al abogado Alejandro Balbis, aunque lo calificó como “muy caro”.
Dijo que fue invitado por la facultad de Derecho de Lomas de Zamora para hablar sobre la ley migratoria que hizo que cumpliera sólo un tercio de la pena por el robo al banco Río de Acasusso, pero advirtió a las autoridades uruguayas que no la adopten: “Es una ley que promueve el delito, porque si viene a buscar un kilo de cocaína a la República Oriental del Uruguay le dan cinco años, y si va a la República Argentina también le dan cinco años, pero paga dos años y medio si es extranjero, entonces, muchísimo cuidado”.
En el único tramo que mostró cierta emoción, dijo: “El otro día yo decía, porque si algo he querido en este mundo ha sido a mi padre, y hablando de arrepentimiento, a lo mejor tenga que hablar con él un poco, bueno, bueno, pero es con él”.
Entrevista: Alexis Cadimar
Producción: Laura Do Carmo / Daniela de León