FALLECIÓ UN GRANDE. Este lunes falleció el artista plástico montevideano Carlos Páez Vilaro, de 90 años de edad. Partió a primera hora de la mañana, mientras descansaba en Casapueblo, esa “escultura habitable” que diseñó con sus manos en el agreste lomo de la Sierra de la Ballena y que es hoy un ícono del departamento y del Uruguay en el exterior. Idolatrado por muchos, denostado por unos pocos, pero siempre un referente en el arte nacional y la difusión de múltiples culturas, el artista vivió hasta sus últimos momentos en plena actividad. Días atrás la intendencia de Montevideo le había hecho un reconocimiento y él había donado una obra suya como parte de los premios a entregar a la comparsa ganadora de Las Llamadas montevideanas. De hecho, fiel a su pasión por el candombe, Páez Vilaró había participado en ese desfile. Será recordado no sólo por su obra pictórica, sus esculturas y los varios libros que dejó sobre su arte y las ciudades en donde la desarrolló. Nadie podrá olvidarlo como un ejemplo de tenacidad, de amor y de fe como padre de uno de los sobrevivientes a la tragedia de Los Andes. Justamente su hijo, Carlitos, informó que los restos del artista serán velados en la sede de Agadu en Montevideo y sepultados en el panteón de esa asociación, en la capital del país. “Ese era su deseo”, comentó.