El juez en lo Penal de 2do. Turno de Maldonado, Gerardo Fogliacco, responsable del caso en el que dos policías resultaron procesados con prisión por lesiones graves, dijo a FM Gente que el fallo lo tomó porque se comprobó en esta instancia que la intención de los agentes fue detener a quienes perseguían disparando hacia el conductor y no hacia el auto. También dijo que, en base al testimonio de otros policías, se comprobó que los efectivos procesados no dijeron la verdad sobre algunos aspectos de este procedimiento.
El magistrado dijo que “estas tres personas ‘sospechosas’ –vamos llamarlas así para diferenciarlos de los policías- robaron un auto, robaron un par de garrafas. En el interín fueron avistados por una persona, que pasó las características del auto”.
Dijo que luego “fue avistado por un móvil policial, lo pierde en barrio Hipódromo. Cambian de auto, por el Chevette blanco. El dueño de ese auto pasa datos a la policía y se establece un control, un operativo. Y los dos policías que fueron procesados montan un puesto, en primera instancia, por donde podría pasar el Chevette, por Luis Alberto de Herrera, al final”.
“Efectivamente, el auto pasa por ahí. Y según dicen los policías, viene de frente y arremete contra ellos. No hay filmaciones ni nada, por lo que lo único que tenemos es la versión de ellos, que dicen que fue así. Pero, de todas maneras, tenemos claro que no fue ahí donde se produjo el disparo que hiere gravemente a la persona que conducía el Chevette… Se les escapan.”, resaltó.
Fogliacco agregó que “dicen que disparan de frente, que podría se runa situación de legítima defensa. Hay un disparo de costado, que podría ser medio dudoso. Y después hay disparos de atrás en el auto. Y no sabemos si son ahí o puede haber alguno después. No lo podemos determinar”.
“El auto sigue su camino y se pierde, porque se mete por el barrio Cerro Pelado. Los móviles policiales siguen buscándolo y en determinado momento, cerca de la Policlínica de Cerro Pelado”, explicó. Indicó que luego el auto vuelve a aparecer “y por casualidad estaba este mismo patrulleros en las cercanías, Y otros más lejano, que lo sigue de atrás”.
“Aquí los policías que fueron procesados niegan haber disparado contra el Chevette. A esta altura estaba clarísimo para todos que las personas del Chevette no llevaban armas, no les habían disparado, ni nada. Obviamente, el patrullero lo sigue de atrás al Chevette. Es decir, no hay un riesgo para nadie”, afirmó.
De todas formas, dijo que los policías que iban detrás del móvil de los agentes procesados, “escuchan disparos” cerca de la rotonda “y ven volar los vidrios del Chevette por el aire. También lo que iban en el Chevette dicen que por ese lugar empieza una verdadera granizada de balas. Un poco más adelante el conductor del Chevette resulta herido. Es donde el auto empieza a perder el control, pierde velocidad y se detiene y los ocupantes son atrapados”.
“Los policías procesados dijeron que ellos no había disparado para nada en ese momento. Eso, por lo menos por ahora, no puede ser tomado como cierto, porque los otros policía escucharon disparos, vieron volar los vidrios… La persona herida no podía hacer maniobras evasivas durante varios kilómetros, desde el primer piquete en Luis Alberto de Herrera y el lugar los encontraron”, manifestó.
Añadió que el Chevette “tiene por lo menos cuatro impactos de bala que quedaron en la chapa… Ahora, tanto el parabrisas como el vidrio trasero desaparecieron por completo. Es decir que, perfectamente, pueden haber pasado varios proyectiles, que ingresaron por el vidrio trasero y salieron por el delantero”.
El juez dijo que se podría decir que “los disparos no están dirigidos hacia donde uno, si quisiera detener el auto, los dirigiría. Hay una filmación de una cámara de seguridad en un lugar donde los policías dicen que no hubo disparos y hay vainas en un galpón y en el piso, de 9 mm. Y los disparos que están en el auto no están hacia abajo, sino que están dirigidos hacia la altura de la ventanilla, sobre el habitáculo. Y es cierto que hay un proyectil que pegó en el apoyacabeza del acompañante. Fue detenido por la estructura del apoyacabeza. Quedó ahí el proyectil. Otro pegó en la parte posterior del asiento del conductor y le ingresó por la espalda. Quedó posiblemente paralítico. Eso se va a determinar por parte del médico forense, según la evolución. Algún otro pegó en la espalda del conductor, pero no ingresó”.
Destacó que “los disparos iban bastante altos, por lo que uno puede concluir que la intención no era detener el auto rompiéndolo, sino pegándole al conductor”.
El magistrado indicó que, más allá de la ampliación de pruebas solicitada por la defensa, ya se habían reunido la “semi-plena prueba necesaria para disponer el procesamiento, que es el inicio del juicio. La fiscalía y la defensa pueden pedir más pruebas, que se analizarán en la sentencia definitiva, que es lo que termina el juicio”.
Al explicar por qué no hizo lugar al pedido de la fiscalía sobre el delito de abuso de funciones para estos policías, precisó que “estamos de acuerdo que hubo un abuso en el uso de la fuerza y de las armas, pero ese abuso fue para llegar a las lesiones… Al procesarse por lesiones graves, queda excluido el abuso de funciones. Queda subsumido, no es una cosa que se agregue a otra”, afirmó.