La Policía busca a un hombre cuarentón que rapiñó y robó el taxi a una trabajadora de Piriápolis. Sería el mismo que, semanas atrás, asaltó a otro taximetrista en Punta del Este con el mismo método. “Estamos a la mano de Dios”, dijo a FM Gente la trabajadora Teresa González, quien lleva 32 años como taxista y nunca había experimentado algo semejante.
A González no le llamó la atención el hombre de morocho, de bigotes y lentes de aumento que subió al taxímetro en Tucumán y Trápani. Con su camisa blanca y buzo escote en V oscuro, el pasajero le recordó a un funcionario municipal.
Eran casi las diez de la noche cuando el hombre pidió, con normalidad, que le llevara hasta las calles Aguateros y Teros en balneario Bella Vista. Teresa iba pensando dónde quedaría esa equina y al llegar al puente que divide este balneario y Las Flores, le pidió a su pasajero que le detallara el sitio al que iba.
“Sí, usted siga para adelante”, le contestó el caballero. Dos cuadras después del puente le pidió que entrara a la derecha, y nuevamente a la derecha y una vez más hacia la derecha hasta llegar a una casa iluminada donde le solicitó que se detuviera.
Teresa se aprestaba a cobrar el viaje cuando sintió la mano del pasajero en su hombro. “Estoy armado y no le voy a hacer daño, sólo necesito dinero. Apague todo”, lo escuchó decir, paralizada, y acató la orden de inmediato.
Sin embargo, la salida de un hombre de la casa iluminada puso al delincuente en alerta y la veterana taxista fue obligada a arrancar, nuevamente, con destino a Las Flores. En una esquina le pidió que apagara el auto otra vez y se bajara del vehículo.
“Nunca vi el arma, pero le pedí que no me hiciera daño”, relató Teresa. Después lo vio salir a alta velocidad, girar en U y volver a pasar por ella. Pensó que intentaba atropellarla pero no, el ladrón huyó a tal velocidad que la mujer lo escuchó chocar contra algo y continuar la marcha.
Pese a la crisis de nervios que le sobrevino, la trabajadora caminó tres cuadras hasta el almacén de Alba, donde llamaron a sus compañeros taxistas y a la seccional de Las Flores.
Horas después el taxi apareció en Piriápolis, abandonado y con daños en el parachoques. Basada en la información del GPS, la Policía determinó que el vehículo estaba allí desde las 22:22, menos de media hora después que el pasajero había iniciado el viaje en la equina de Tucumán y Trápani.
LA HISTORIA SE REPITE
La descripción que Teresa ofreció del ladrón coincide con la que aportó su colega Marino Nicora, asaltado el 23 de enero por un hombre que había tomado el taxi en la terminal de Punta del Este con destino a La Barra.
La diferencia es que esa vez el cuarentón lo encañonó, le robó el dinero y se llevó el auto para abandonarlo horas más tarde en Pan de Azúcar.
La Policía le confirmó a Teresa que, en su caso, el ladrón dejó huellas que ahora están siendo analizadas por la Policía Técnica.