Alertó que los juegos pueden facilitar vínculos peligrosos entre adultos y menores.
En dialogo con la Contratapa de la Revista de FM GENTE, el psicólogo Roberto Balaguer afirmó que los videojuegos actuales “vienen incorporando elementos que facilitan la incorporación de hábitos adictivos”. Explicó que muchos de ellos incluyen mecanismos similares a las apuestas, como “destapar una sorpresa o buscar un premio”, lo que estimula la repetición compulsiva y favorece la dependencia, sobre todo en niños y adolescentes.
“Eso está colaborando en el incremento muy importante de todo lo que tiene que ver con adicciones”, sostuvo Balaguer, al referirse a lo que se conoce como adicciones conductuales. Recordó además que “la adicción a los videojuegos es la única incorporada en los manuales de psiquiatría; el resto están todos en revisión”.
El especialista también advirtió sobre los riesgos que surgen en los entornos virtuales abiertos, donde los usuarios dicen ser niños pero “no todos lo son”. Según explicó, algunos adultos logran generar confianza con menores “utilizando el mismo léxico, las mismas formas coloquiales” y luego establecen vínculos secretos. “Les piden a los chicos que no los compartan con los adultos porque ‘los adultos no entienden el tipo de vínculos que se da en un ámbito de juego’”, alertó.
Balaguer señaló que quienes buscan aprovecharse de los menores “se acercan a aquellos chiquilines que están atravesando cierta vulnerabilidad”. Indicó que estos casos pueden derivar en situaciones de manipulación, pedidos de fotos o videos íntimos e incluso abusos.
En cuanto a las señales de alarma, precisó que hay que prestar atención cuando “el juego ocupa un lugar central en la vida, cuando se dejan de hacer cosas que antes se realizaban con placer o cuando se piensa y se habla todo el tiempo del tema”. Dijo que en esos casos “el objeto empieza a volverse adictivo, con todas sus características”.
El psicólogo remarcó además que “los celulares están diseñados hoy para generar adicción” y que, frente a eso, “lo único que podemos hacer es empezar a graduar su uso”. Planteó que el control debe basarse en “hábitos, límites y rutinas”, ya que “hoy tenemos una generación de padres que también tiene un uso dependiente o adictivo del celular”.
Finalmente, Balaguer subrayó la necesidad de preservar aspectos esenciales del desarrollo infantil. “Hay que cuidar el sueño, los espacios de alimentación, de comunicación, de contacto con otros y con la naturaleza. Si se cumplen esas cosas, la tecnología puede tener su lugar, pero lo que hay que priorizar es la salud física y mental de los hijos”, concluyó.