Riña del año pasado derivó en tragedia familiar con dos jóvenes muertos: uno asesinado y otro se suicidó
Justicia 12:30

Riña del año pasado derivó en tragedia familiar con dos jóvenes muertos: uno asesinado y otro se suicidó

El viernes 13 de marzo del año pasado se registró una riña en Simón del Pino y calle 7; participaron varias personas, algunos miembros de la misma familia, y como resultado uno de ellos, Carlos Andrés Cruz Pérez (36), murió al ser herido con un arma blanca. Hubo varios detenidos y, dos días después, la justicia formalizó a 4 mayores y un menor por su vinculación con el hecho. El hecho no sólo resultó trágico para la víctima, sino que en el transcurso del proceso judicial uno de los formalizados se suicidó al otro día de que se le notificara que cumpliría parte de la pena en prisión si aceptaba el acuerdo abreviado con fiscalía.

El 15 de marzo de 2020 el juez de 4º turno dispuso la formalización para dos hombres, Julio Matías De Brun Ferreira (22) y Milton Adrián García Lacuesta (18), por la presunta comisión de un delito de homicidio en calidad de co- autores.

También fueron formalizados Lucas Allen Rodríguez Núñez (19) y Matías Nicolás Olmedo Gómez (22), por la presunta comisión de un delito de encubrimiento, y un adolescente de 17 años, G.P.V., como autor penalmente responsable de una infracción gravísima a la ley penal, tipificada como un delito de homicidio.

El resultado judicial de ese momento reflejaba lo sucedido en la riña derivada de una disputa familiar por la que la víctima, Cruz Pérez, dueño de un taller en calle Simón del Pino, concurrió a reclamarle a su cuñado (De Brun) por las compañías y amistades que recibía en su casa, ubicada a pocos metros de su taller. Ambos tenían ya un historial de desencuentros que incluían acusaciones de Cruz sobre que De Brun o sus amigos le habían sustraído objetos del taller, lo que motivó que Cruz colocara cámaras de seguridad.

El menor G.P., Milton García y Lucas Rodríguez estaban en ese momento en la casa de De Brun, pegado al taller.

En la gresca se involucraron varias personas, pero el fondo del asunto era la molestia que causaba en el dueño del taller el hecho de que De Brun y amigos de éste se reunieran a fumar marihuana a metros de su puerta y "a estar de joda".

VIERNES Y 13
Los supersticiosos dirán que tal tragedia no podía haber pasado en otra fecha: esa tarde, cerca de las 15, Cruz estaba en el taller junto a otro hombre, pasaron por delante de la casa de De Brun y escucharon que los insultaban desde adentro. Cruz se sulfuró y tomó de su negocio una especie de machete y salió raudo rumbo a la casa de su cuñado. A la entrada de la casa de De Brun dio un golpe con el machete e ingresó directo a la vivienda.

Pocos segundos después, y de acuerdo a las imágenes registradas en una cámara de seguridad, se puede ver a los hombres que trenzados volvían hacia la vereda; otros se sumaron a la gresca, incluido el menor G.P.

Hubo golpes, aparecieron palos y Cruz terminó siendo herido con un arma blanca lo que le causó la muerte. Nadie había advertido que G.P., el menor, había concurrido hasta la casa de García (próxima al taller) de donde tomó una cuchilla de cocina, la escondió entre la ropa y usó instantes después para herir a Cruz por la espalda y cuando estaba en el suelo recibiendo golpes de los otros.

Durante la audiencia de formalización, la fiscal Rosés destacó que la víctima, ya herida, continuó recibiendo golpes, logró incorporarse y ayudó a un amigo que también estaba siendo golpeado. Luego se retiró del lugar, caminó algunos metros y finalmente cayó. La policía llegó de forma inmediata y detuvo a varios de los involucrados; una unidad de emergencia también arribó al lugar y trasladó a Cruz a un centro de asistencia, pero ni bien ingresó falleció producto de las lesiones.

Tras el hecho, el adolescente le entregó el arma a Lucas Rodríguez, quien no había participado en la riña pero había visto todo los sucedido; éste llevó el arma a la casa de Olmedo, amigo suyo que vivía a pocos metros; Rodríguez le relata a Olmedo lo sucedido y éste la entierra en el fondo de la vivienda. Más tarde se arrepintió, desenterró la cuchilla y la metió en el interior de unas cajas de pizza del día anterior, coloca la caja en una bolsa negra de basura y la tira en un contenedor adonde finalmente fue encontrada.

Si bien en principio las formalizaciones se dispusieron de acuerdo al pedido de la fiscalía, los argumentos de las defensas llevaron a la recalificación de los delitos, cosa que se concretó cuando llegó el momento de condenar a García Lacuesta.

La Dra. Sofía Pereyra Huelmo, del equipo penal de la Defensoría Pública de Maldonado, asumió la defensa de varios de los detenidos, entre ellos De Brun.

Pereyra Huelmo relató que cuando le comunicó el acuerdo al que se podría arribar con fiscalía, a través del mecanismo de proceso abreviado, y le explicó que implicaría cumplir un tiempo de prisión efectiva, De Brun –que ya había estado preso con anterioridad- tomó la determinación de suicidarse, lo que concretó al día siguiente de recibir la noticia. Tenía 22 años y con su muerte la familia perdió a ambos jóvenes a raíz de la riña.

El 23 de setiembre, y con De Brun ya fallecido, se dictó la sentencia para Lucas Rodríguez Núñez como autor de un delito de encubrimiento. La pena fue de 22 meses de prisión, con descuento de la detención sufrida y a cumplirse bajo el régimen de libertad vigilada.

Matías Nicolás Olmedo Gómez, por la misma sentencia, fue condenado como autor de un delito de encubrimiento a la pena de 16 meses de prisión, con descuento de la detención sufrida y a cumplirse bajo régimen de libertad vigilada.

El caso tuvo el capítulo final el pasado 9 de febrero cuando el titular del juzgado de 4º turno dispuso la condena de Milton Adrián García Lacuesta como autor de un delito de riña calificada con resultado de muerte (y no coautoría de homicidio).

Se le fijó pena de 2 años de penitencia, con descuento de la detención sufrida, a cumplirse en régimen mixto: los primeros 210 días de prisión efectiva que tiene por purgada de acuerdo a la liquidación de la pena y el resto bajo el régimen de libertad a prueba con condiciones: los siguientes 3 meses deberá guardar arresto domiciliario total y una vez culminado deberá someterse al plan de intervención de la OSLA, deberá presentarse una vez por semana en la seccional policial de su domicilio y prestar servicios comunitarios una vez por semana dos horas cada vez.


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