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El caso se inició cuando un vecino se presentó el jueves 12 de diciembre en la Seccional 1ª de policía para formalizar la denuncia de que le habían robado una moto Baccio, modelo Classic con motor de 125 centímetros cúbicos de cilindrada. Una moto negra poderosa.

Cuando se la llevaron, la moto estaba estacionada en avenida España sin tranca, en el estacionamiento de un supermercado.

Unos días más tarde el vecino volvió a la comisaría a avisar que había recibido información de que su moto estaría estacionada en el "parking" de otro supermercado, este sobre boulevard Artigas.

Se dispuso que una partida policial se constituyera en el lugar. Los policías montaron una guardia discreta hasta que apareció un joven que actuaba con clara actitud de que la moto le pertenecía.

Se procedió a detenerle, y a llevarle en averiguaciones a la comisaría. Una vez allí, el joven, P.S., de 18 años de edad, contó que tenía una moto que quería cambiar, y como un chico conocido suyo, de 16 años tenía una para permutarle, procedieron a hacer el negocio.

P.S. aportó los datos para ubicar al chico de 16 años, el que fue también trasladado a la comisaría acompañado de un mayor. El chico confirmó que había hecho el negocio de permuta con P.S.

De la comisaría se informó a la juez en lo Penal de 4º turno la que tomó el caso bajo su revisión. Luego de analizar todo el caso, se pronunció con el procesamiento de P.S. como autor de un delito de receptación.

El delito de receptación se aplica a aquellas personas que reciben bienes de dudosa procedencia, o de procedencia delictiva, para sacarle un provecho propio o para un tercero. Su vínculo con el delito que sustrajo el bien de su propietario es lateral, pero también perseguido.

P.S. que carecía de antecedente penal alguno, no perdió su libertad porque la juez entendió que no sería necesario que cumpliera prisión cautelar mientras se completa el procedimiento judicial.

La juez también se expidió sobre lo actuado por el menor, y estableció el comienzo de un proceso como menor infractor (que equivale al procesamiento en los mayores de edad) por encontrar al chico autor de un delito que calificó como “grave”, y que tipificó como receptación.

Ordenó ganar tiempo enviando al chico al Centro la Estación del Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay, INAU, por el término de 60 días. Es de hacer notar que por la tipificación que dio al delito en el que incurrió el chico de 16 años, queda claro que no se pudo probar que haya sido él quien robó la moto a su propietario.