El director del Instituto Nacional de Rehabilitación, Insp. Ppal (R) Mario Mendoza, explicó que la institución eligió al establecimiento de Maldonado para aplicar el plan piloto educacional porque "es una cárcel importante" y va en la sintonía de descentralizar los planes. Dijo que hay que atacar el "ocio compulsivo" de los presos, que, según sus cifras en Maldonado ascienden a 592 hombres y 36 mujeres. Mendoza descartó que la súperpoblación de Las Rosas sea crítica y la calificó de "hacinamiento tolerable".
Con la presencia de autoridades del INR y de la Educación, se dio inicio a la aplicación de un plan piloto educacional dirigido a la población carcelaria del establecimiento de Las Rosas.
Su director, el Insp. Ppal (R) Mario Mendoza, señaló que, además de los incentivos ya previstos en la ley para aquellos que se sumen a los cursos (como reducción de penas u otros beneficios) el objetivo que aborden una senda del estudio y adquieran el hábito del trabajo, peleando con el ocio compulsivo.
Mendoza explicó que la institución que dirige eligió a Maldonado para comenzar la aplicación del plan porque "es una cárcel importante" del interior del país y eso va en sintonía, además, con la política de descentralización del INR.
Actualmente, según las cifras manejadas por Mendoza, en Las Rosas hay 592 hombres y 36 mujeres que a su criterio no atraviesan una situación crítica de súperpoblación, sino que está en un rango de "tolerable".
También negó que exista hacinamiento y puntualizó que, en cuanto a la situación sanitaria, sólo hubo un caso de muerte por tuberculosis y que actualmente se completa un relevamiento de la salud de los presos.
LOS CURSOS
La iniciativa del plan piloto educacional también apunta a lograr preparar a los reclusos para terminar ciclos educativos y sumar cursos que le permitan una mejor inserción laboral luego de abandonar la cárcel.
"Hay que pensar en el día después, cuando el recluso sale, para que no vuelva a delinquir" explicó.
Dentro de la oferta hay cursos como reparación, PC, gastronomía, entre otros, para que puedan tener herramientas para el día después, dijo Wilson Netto, presidente del Codicen a FM GENTE.
En un mismo año se apuesta a la integración, cumplimiento de metas y ayudar a la reinserción.
Es una experiencia piloto y se pueden sumar hasta 20 reclusos y duran un año. El Ministerio del Interior, de Trabajo, la OIT, el MEC, entre otros, se sumaron a la propuesta.
Son cursos que se dictan para satisfacer demanda también para cuando salgan puedan encontrar un trabajo mediante el oficio aprendido. Es la educación formal que se instala y le permite a los reclusos terminar ciclos y encontrar un futuro distinto.
Foto: EL PAIS