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La alarma de la escuela advirtió sobre la presencia de extraños dentro del local, ubicado en pleno centro de la ciudad de San Carlos. Para cuando los guardias de la empresa llegaron, los vándalos ya habían ingresado a diez salones, donde provocaron múltiples destrozos.

Rompieron bibliotecas, desparramaron útiles y materiales de trabajo, destrozaron boletines de calificaciones y cuadernos de los niños, ensuciaron bancos y paredes con pintura… Un ataque que, para la directora Estela Berna, no tiene otra explicación que el resentimiento.

“La intención, aparentemente, no fue el robo sino el destrozo. Una especie de resentimiento, no sé hacia qué. Algo que está instalado en algún sector de la sociedad. Uno presiente que el apoyo familiar en algunos sectores no existe, no se entiende la importancia de la Educación. La escuela sola no puede; se necesita el apoyo de la familia”, advirtió la directora.

Según le informó la Policía Técnica, los vándalos fueron personas jóvenes que ingresaron por los techos del establecimiento y desembocaron en el patio. Desde allí, con ganchos, forzaron los candados y entraron a los salones.

Durante la tarde del domingo docentes y auxiliares trabajaron para poner a punto las aulas, pero no tuvieron tiempo para acondicionar dos que quedaron sumamente deteriorados. Por eso, este lunes, los niños tendrán clases en el salón de actos y en la biblioteca de la escuela.

Berna no se expidió sobre los motivos del “resentimiento” que lleva a este tipo de actos vandálicos. No obstante, en la comunidad educativa creen que tal esté relacionado con el reconocimiento que tuvo la escuela la semana pasada, cuando su edificio fue designado oficialmente como Patrimonio Histórico departamental.

(foto: R.Tejera)