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La primera denuncia contra Carrasco, el 9 de abril, fue formulada en la Seccional 1ª de Maldonado por quien vive en una vivienda de Joaquín de Viana.

Contó que en horas de la noche, mientras dormía, dijo, alguien que se parecía mucho a Carrasco entró en su casa y le llevó un teléfono móvil Nokia modelo Asha 303, y 200 pesos que encontró en algún lugar de la vivienda, ya destinados a algún gasto o a cubrir alguna cuenta.

Lo que el denunciante no dijo fue como, si estaba durmiendo, pudo dar tanto detalle sobre el ladrón, porque hay que estar despierto para ver quien roba en la oscuridad y dar buenas pistas con su descripción.

PASAN LOS DÍAS

Los días fueron pasando sin que el damnificado se enterara, ni la información oficial de la policía diera cuenta, de que se había hecho algo por detener al ladrón.

La información policial liberada en las últimas horas señala que se dio cuenta a la juez letrado Penal de 4º turno sobre la denuncia de robo de la calle Joaquín de Viana, y que esta “dispuso orden de detención del masculino (hombre en lenguaje común) identificado”. Según esta información, la policía tenía ya una orden, un mandato judicial de detener al acusado, pero no lo hizo.

Prueba de la demora policial en proceder con la detención quedó en evidencia cuando, después de detenido, el pasado domingo 28 de abril, mientras preparaba un nuevo hurto, Carrasco admitió que había cometido otro delito similar el 14 de abril de donde levantó 400 pesos uruguayos. Esto indica que Carrasco estuvo muy activo en el centro de Maldonado mientras la policía tenía ya orden de que se le detuviera.

ACTITUD SOSPECHOSA, DETENCIÓN, Y PROCESAMIENTO

La suerte de Carrasco, aun contando con la inoperancia policial para detenerle, no duró para siempre. Efectivos de Radio Patrulla que hacían un habitual recorrido preventivo por las calles de la hermosa ciudad de Maldonado, vieron a un individuo que se movía de forma sospechosa por la calle Rincón.

“Sospechosa” en la jerga policial significa andar con excesiva cautela, asegurándose de no ser visto, procurando ocultarse o no llamar la atención. Pero, toda esa cautela se convirtió en sospecha y ella derivó en su detención.

Cuando los efectivos policiales le identificaron cayeron en la cuenta de que habían detenido a Carrasco, cuya captura había sido “ordenada” por la juez Penal de turno después de la denuncia del 9 de abril, casi tres semanas antes.

Le avisaron a la juez que finalmente tenían a Carrasco y que este no solo se hizo responsable del robo en Joaquín de Viana a principios de abril, sino de otro similar a mediados de mes, para ir tirando económicamente, mientras no daban con él.

La juez revisó los detalles del caso y entendió que se había reunido semiplena prueba de que Carrasco había sido autor de los tres delitos por los que estaba compareciendo en su juzgado, por lo que le tipificó la autoría de dos delitos de hurto, uno de ellos especialmente agravado (pudo ser el primero, por haber entrado en la vivienda aunque estuvieran sus moradores dentro), en reiteración real (lo que indicaría que uno o los dos robos siguientes fueron idénticos al primero. Y dispuso el procesamiento con prisión de Carrasco.

Lo que la información policial no precisa es si la juez se preocupó algo por la demora de la policía en proceder. Si hubieran procurado a Carrasco con la primera denuncia, hubiesen ahorrado a otras dos familias de Maldonado sufrir la violación de su intimidad y sustracción de sus bienes por una persona con captura ordenada, en una ciudad como Maldonado, que además de hermosa, no es tan grande.
zl