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“Venimos de una reunión en la casa de un productor y se nota el estado deplorable de los ganados. Los campos, después de un invierno duro, no han sido capaces de recuperarse totalmente”, agregó.

Por tanto, dijo que se enfrentan dos problemas: “el estado en el que los animales entran al entore, que comienza recién, y la falta de capacidad forrajera que tienen los campos para lograr buenos porcentajes de preñez”.

Indicó que los meteorólogos consideran que se va a permanecer en este estado “no menos de dos meses más. Eso no lleva a un estado crítico, porque son los meses más importantes, donde se genera la mayor cantidad de pasturas para los campos uruguayos”.

Además, señaló que los días son muy calurosos y la temperatura baja mucho durante la noche, “lo que es propio de los climas desérticos. Pero lo que más nos preocupa es el tiempo que puede durar esta situación”.

“Si el otoño no es bueno, el invierno próximo va a ser deprimente”, estimó.

También dijo que es plantador de soja, pero este año, después de 15, decidió “no hacer agricultura… Está tan crítica la situación de los campos, que cuando uno entra preparar la tierra, la máquina rebota. No hay forma de marcar los surcos. Y mucho menos de arar. Y a eso se suman los costos de la plantación, que para la soja está por encima de los 500 dólares por hectárea. Se necesita producir más de una tonelada por hectárea para cubrir los costos. El año pasado el promedio no llegó a dos mil kilos en estos campos”.

Destacó que este año va a bajar notoriamente el área de siembra de este cultivo en el departamento.

“Y nuestros costos no han bajado en dólares”, agregó.

Destacó que la situación con se arregla con una precipitación de 100 milímetros. “Se arregla con lluvias, que vengan cuanto antes… Tenemos un déficit de 600 milímetros en lo que va del año, al día de hoy. Es la mitad de lo que llueve en el año. Es imposible recuperarlo en un mes y medio que nos queda”, explicó.

Falco destacó que los productores están “clamando soluciones”, en base a un soporte técnico de las sociedades rurales.