La edila Karina Gómez, representante del Frente Amplio, pidió en la Junta Departamental que la comuna preste atención a las importantes carencias alimenticias que padecen estudiantes de Maldonado que tienen dificultades insalvables para asistir al comedor del barrio La Loma. Si bien reconoció que el servicio que allí se presta es excelente.
Entre otras soluciones posibles, Gómez sugirió que se establezcan medidas para trasladar las viandas hasta algunos centros de estudio. Hay niños que se desmayan a causa del hambre, según plantean funcionarios de centros educativos.
La edila destacó en principio el buen funcionamiento y la calidad de los servicios del comedor emplazado en la Casa de la Juventud de Maldonado, sito en el parque La Loma, donde también funciona el Área de la Juventud de la intendencia.
“El trabajo que allí se realiza, que realizan los funcionarios y también la empresa tercerizada es excelente; la atención que se les brinda a los jóvenes que llegan hasta el comedor estudiantil es muy buena, es realmente excelente, el problema es cuántos jóvenes que necesitan almorzar en un comedor público llegan realmente hasta este emplazamiento”, señaló.
“El edificio cuenta con una planta que está dividida entre la oficina de atención al público, el comedor y el espacio de inclusión digital con un salón multiuso. Ese espacio de inclusión digital es un infocentro comunitario que provee en forma gratuita diversos servicios públicos: acceso a Internet, uso libre de equipos informáticos, alfabetización digital, capacitación laboral, educación a distancia, entre otros. Desde los Gobiernos nacionales del Frente Amplio, en períodos anteriores, Antel apoya a estos espacios de inclusión digital suministrando equipos y programas, brindando servicio de conectividad y de instalación y mantenimiento de equipos, capacitando también al personal de los centros”, señaló.
Pero en otra parte de su alocución, dijo que “distintas comunidades educativas” le habían planteado “el problema que significa para algunos estudiantes de Maldonado llegar hasta allí. Nos referimos específicamente a alumnos de la Escuela Técnica de UTU, a alumnos de liceos de la ciudad de Maldonado, que provienen del barrio Kennedy, del barrio Benedetti, del barrio Los Eucaliptos, de El Tizón, de Maldonado Nuevo, incluso de Cerro Pelado”, señaló.
“El servicio, la atención, las capacitaciones, los talleres son excelentes, pero para eso los muchachos tienen que llegar y hay muchísimas dificultades para que eso sea de esta manera”, comentó. “Durante el año 2020, en situación de pandemia, después de varias coordinaciones y de varias solicitudes, se logró que algunos centros educativos se llevasen las viandas para aquellos estudiantes que no logran llegar en el horario estipulado de atención para almorzar allí. Eso terminó en el año 2021 y de hecho ahora se están volviendo a realizar las inscripciones, y a partir del mes de mayo la atención va a ser solamente presencial. Por lo tanto, estos estudiantes, que tienen dificultades de transporte y de acceso para llegar hasta el comedor, no van a poder recibir más la vianda de alimentación en el propio centro educativo”, explicó.
“Hablamos de chiquilines de 12 o 13 años. Muchos de ellos tienen que hacer estas largas distancias que decíamos, no solo para llegar desde Los Eucaliptos, del Benedetti o de El Tizón hasta la terminal, sino caminar desde la terminal esas cuadras, cargados con sus mochilas, con sus tablas de dibujo, hasta el centro de La Loma para almorzar, y luego volver a la terminal a tomar otro transporte hacia su centro educativo y continuar con la jornada. Es muy difícil; es muy difícil para los chicos más chicos, es muy difícil para los chicos que viven más lejos, pero también es muy difícil para los chicos que más lo necesitan. Estamos hablando de chiquilines que viven en contextos donde necesitan el apoyo público y el apoyo comunitario que brinda, justamente, el comedor municipal, el comedor estudiantil”, alegó.
CARGAR CON TODO
“Muchos de estos estudiantes, además, como casi todos saben, tienen a contraturno educación física, lo que significa que hay 3 días de la semana que estudian a partir de las 13:00 horas. Esas actividades no les permiten llegar para almorzar en el horario que tiene el comedor y volver al centro de estudio para la clase curricular.
Entonces nosotros, desde la bancada del Frente Amplio, estamos solicitando que se revea la decisión de llevar algunas viandas, porque no son todos los estudiantes los que necesitan que se les lleven las viandas a los centros educativos. Hablamos con la comunidad educativa del Liceo Nº 2 y nos plantea que son unas 50 viandas, para unos 50 chicos que vienen de estos barrios más alejados y que no tienen acceso; hablamos con la comunidad del Centro Educativo Comunitario del barrio San Martín y también son unos 60 muchachos en total los que estarían necesitando que se les acerquen las viandas a ese centro, que además está alejado; igualmente sucede con el Centro Educativo Comunitario del barrio Maldonado Nuevo y con el Liceo Nº 6”, señaló.
“No estamos hablando de la totalidad de los estudiantes que no pueden trasladarse, sino de aquellos jóvenes que realmente viven más alejados. Pero, además, decíamos que son los chiquilines que viven más alejados y que tienen más necesidades; y que, de hecho, como no pueden llegar ‒realmente‒, esos muchachos no comen. Son los muchachos que se desmayan, que se descomponen, que se sienten mal en los centros educativos. Estamos en un contexto donde 65.000 personas más han caído por debajo de la línea de pobreza en el país en relación al año 2019. De esas, además hay 3.600 personas más en el país por debajo de la línea de indigencia. Hay un 17,6 % más de niños de 6 a 12 años que están por debajo de la línea de pobreza y hay un 25,3 % de pobreza mayor que en 2019 en adolescentes de 13 a 17 años”, indicó.
Por lo demás, recordó que ya se ha dado por “culminada la emergencia sanitaria”, por lo que también concluyó “la asistencia alimentaria a los niños en las escuelas públicas los días feriados y durante las vacaciones ‒que era por un ticket diario que creo que en el último mes había llegado a $95‒”, agregó.
“Entonces, si bien la emergencia sanitaria fue levantada por decreto, entendemos que la emergencia alimentaria no puede levantarse por decreto. La emergencia alimentaria que padecen nuestros niños, nuestros adolescentes y nuestros jóvenes es real, es tangible, está en estos centros educativos. Creemos, además, que la coordinación para realizar esa tarea no debe generarle a la Intendencia ni al Área de Juventud ni a Políticas Nutricionales mayores esfuerzos trasladar a estos centros puntuales y a esos estudiantes puntuales las viandas que sean necesarias”, agregó. Karina Gómez dijo diversos destinos a sus palabras.