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La policía se enteró el domingo pasado, 19 de enero, que había alguien que intentó robar en un supermercado de Punta del Este. El comando de la Seccional 10ª decidió enviar personal a la escena del delito.

Cuando llegaron se encontraron con todo el trabajo hecho. Los guardias de seguridad tenían bajo control a C.M., y su morral en el que se había encontrado una consola de juegos electrónicos Sony.

Como si fuera poco, habían grabado en las cámaras de seguridad todo el intento de robo del hombre, cuando metió la consola en el morral, cuando intentó pasar por la caja sin pagar por ella, y cuando es detenido por el personal del local, ante testigos.

Los policías estaban absortos por tan buen trabajo del equipo de seguridad del supermercado, pero pronto se enteraron que habían actuado de contragolpe.

Lo cierto es que C.M. los había visitado antes, el miércoles 15 de enero, y había robado otra consola idéntica, ubicada en el mismo lugar. Se dieron cuenta cuando notaron el faltante de la mercadería.

Fue entonces que decidieron reforzar los controles sobre la góndola de los electrónicos, y aumentar la cautela sobre los clientes que se acercaran a ella, sin interrumpir sus movimientos.

C.M. encontró tan fácil lo que había hecho el 15, que decidió volver el 19, y esa fue su perdición. Cuando los guardias lo vieron llegar e ir al escaparate con las consolas de juegos, no lo podían creer, pero el plan que habían urdido dio sus frutos, y resolvieron los dos hechos, el consumado antes, y el que se intentó el domingo.

La juez en lo Penal de 4º turno tomó el caso, muy bien servido, y luego de analizar todos los elementos, incluida la vista fiscal, se pronunció determinando el procesamiento de C.M. como autor de dos delitos de hurto, uno de ellos en el grado de tentativa.

La magistrado atendió la condición de primario absoluto de C.M. y le eximió de cumplir la prisión preventiva mientras se completa el proceso judicial.