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E.G. decidió que debía obtener gasolina de algún lugar antes de que subiera el precio. En las 10 horas que van de las 11 de la noche del martes 7 de enero, a las 9 de la mañana del miércoles 8, consiguió 40 litros de nafta.

En ese horario consiguió deslizarse debajo del Chevrolet que estaba estacionado frente al domicilio de un vecino del barrio San Martín, le cortó el caño que va del tanque de nafta al motor, puso un recipiente, y esperó pacientemente que se completara el “alije”.

Después se marchó, pero por alguna razón, tal vez, porque conocía sus antecedentes de amigo de lo ajeno, el dueño del Chevrolet no se anduvo con medias tintas: consideró su hipótesis como una tesis (hecho probado) y procedió a ir a buscar a E.G. para realizar un arresto ciudadano. Antes avisó a la policía lo que iba a hacer.

TODO EL PESCADO VENDIDO

Cuando el personal del cuerpo de Radio Patrulla concurrió al cruce de las calles Paysandú e Isla de Flores, en Maldonado Nuevo, se encontró al dueño del Chevrolet reteniendo por la fuerza a E.G. hasta que ellos llegaran.

Los policías encontraron el caso resuelto, así que lo que les quedaba era hacerse cargo y trasladar al detenido a la comisaría, donde terminó admitiendo que había sido el ladrón del combustible del vecino.

Prácticamente al mismo tiempo que Ancap comunicaba el incremento del precio de los combustibles a la población, el juez en lo Penal de 2º turno estaba sopesando el caso de E.G., en el que se pronunció dictando su procesamiento como autor de un delito de hurto.

El magistrado también dispuso que de inmediato se encerrara a E.G. para cumplir con prisión preventiva mientras se termina con el proceso judicial. E.G. ingresó a la cárcel de Las Rosas, cuando los uruguayos sabían ya que iban a tener que pagar más caros los combustibles a partir de ese momento.