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Tarabocchia explicó el trabajo que realizan los equipos Covid de la RAP y recordó que su cometido es generar un muro de contención entre la población y el hospital para evitar que éste colapse.

Los equipos detectan los casos positivos, les realizan seguimiento telefónico a ellos y sus contactos y si éstos tienen síntomas, los derivan. Actualmente, en el departamento, tienen 176 casos positivos en seguimiento de ASSE con sus respectivos contactos.

“Estas tareas son las que explican que en un año no hay colapsado el sistema sanitario”, dijo y agregó que el trabajo del primer nivel de atención ha sido el diferencial del país en el manejo de la pandemia.

En cuanto al crecimiento de casos locales, Tarabocchia dijo que, estadísticamente, son los más jóvenes quienes se están contagiando más y eso va subiendo hacia los mayores. “Los jóvenes, con la movilidad, van llevando el virus hacia la gente de más edad” y recordó que la pandemia lleva a problemas psicológicos y de varios tipos, porque el aislamiento no es fácil y es algo que ha sucedido en todo el mundo.

Al mismo tiempo, recordó que la salud depende no sólo de tener un sistema adecuado, sino también de la responsabilidad individual de cada persona, que juega un rol importante.

“El virus no tiene alas ni camina; se transporta de un individuo a otro, pero si se respetan las normas de protección no hay contagios”.

MUCHA DECEPCION
Consultado por cómo se vive desde los trabajadores de la salud el actual estado de casos y contagios, Tarabocchia dijo que hay “mucha decepción”.

“Veo a mis compañeros dejar el alma en la cancha y el esfuerzo gigantesco de los equipos de salud se ve ninguneado por la gente que no respeta los cuidados recomendados”.

El director también dijo que teme que ese ninguneo haga pensar que no vale la pena el esfuerzo ya que los trabajadores de la salud “no se sienten acompañados por la población”.

Explicó que desde hace un año hay gente que trabaja día y noche, los siete días de la semana, que las licencias están todas postergadas y que, además de continuar atendiendo todas las demás patologías y situaciones habituales, hay que lidiar con la sobrecarga del sistema por la pandemia.

Al igual que la afectación en distintos niveles que la pandemia genera en el resto de la población, a los trabajadores de la salud y en especial a los de CTI, se les suma el acompañamiento de los pacientes en el momento de la muerte porque los familiares no pueden ingresar a estar con los suyos.

EL QUE NO SE VACUNA JUEGA A LA RULETA RUSA
Respecto a la vacunación, Tarabocchia la definió como “una luz de esperanza”. Dijo que a mediados de abril, los que ya se dieron la segunda dosis, tendrán inmunidad.

Además, dijo que no se han registrado reacciones o evento adversos por ninguna de las vacunas y eso habla de la seguridad de la vacunación.

Una de los mayores beneficios de vacunarse, con cualquiera de las opciones que están utilizándose en el país, dijo Tarabocchia, es que la persona no se muere. “El que no se vacuna está jugando a la ruleta rusa, el que se vacuna no muere y si se adquiere la enfermedad estando vacunado, es una gripe más”, explicó.

Reafirmó que las vacunas son seguras y que bajan, también, el riesgo de ingresar a un hospital en caso de enfermar y eso es algo fundamental tanto para el paciente como para el sistema.

Recordó que Israel está cerrando centros Covid gracias al plan de vacunación, por lo que el ejemplo está en el mundo.


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