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Fantini dijo que el muro con México que proyecta realizar el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. “muchos analistas lo interpretaban, teóricamente, como una suerte de metáfora del aislamiento que les proponía a los norteamericanos para ponerlos ‘a salvo’, tanto de las personas como de los productos del mundo… Pero resulta que no era una metáfora. Lo planteaba en serio”.

“Entonces, todo empieza a parecer una locura…Un muro, para el objetivo que lo plantes, además de absurdo, es monstruoso”.

“Es absurdo porque no sirve para eso… Puede servir el muro de Ariel Sharón, aquel ministro israelí, porque la estadísticas muestran que logró bajar el número de atentados terroristas” o la Gran Muralla China, “que fue hecha para frenar a los ejércitos mongoles”, señaló. “Pero un muro para frenar inmigración ilegal es prácticamente absurdo”, sentenció.

El analista que señaló que los cercas de Ceuta o Melilla, pese a la altura que tienen, no han logrado frenar a los inmigrantes ilegales, pese a la acción realizada por España en el norte de África.

Admitió que el muro “puede tener sí un impacto en el corto plazo. Creo que Trump, como típico demagogo y populista, es cortoplacista”.

Indicó que la reacción de las Bolsas, que han subido, muestra que “toda receta populista, que apela al calentamiento de la economía, tiene, en el corto plazo, tiene éxito”. Señaló que este muro va a significar “gasto público”, porque es “una gran inyección de dinero público… Pero más allá del efecto cortoplacista que tenga en la economía, esa medidas, sumada a otras, como las trabas proteccionistas, no creo que tenga otras. Y es parte de un menú donde la xenofobia es protagónica, donde el racismo es protagónico”.


Destacó que, como ya pasó con la venta de limones de Argentina a Estados Unidos, la política de Trump va a tener, primero, un efecto negativo en la economía, “que después se va a ver en la política. Va a fomentar liderazgos de izquierda dura y también liderazgos ultranacionalistas”.

Consideró que ya no es posible retornar a los “Estados protegidos”, como busca Trump. Yo creo que la globalización es irreversible. Pero habrá que pasar esta etapa de 'desglobalización', que puede durar una o dos décadas”, estimó.

Por otra parte, no descartó que, en algún momento, el propio Partido Republicano al que pertenece Trump, o parte de él, se avena a ser un juicio político, “porque va a ser un presidente muy problemático, delirante y muy autoritario… Es la cultura autoritaria reinando en la Casa Blanca”, definió.

Agregó que el pensamiento del mandatario, “esa 'desglobalización' que impulsa, queda a contramano de lo que es el pensamiento económico del Partido Republicano, que es, claramente, pro globalización”.

Afirmó que “estamos en una dimensión desconocida. En ella puede ocurrir cualquier cosa… Trump muestra una temeridad y un nivel de delirio, de personalismo y de megalomanía nunca antes visto. Y por eso es muy difícil de predecir lo que pueda ocurrir. En todo caso, lo que hay que decir es que no se puede descartar nada”.