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Una señora caminaba por avenida Artigas de Pirápolis, dóas atrás, cuando de pronto un muchacho que viajaba en una moto le quitó a los tirones un bolso. El incidente ocurrió en el cruce de Artigas con Zabala.

Dentro del bolso la señora llevaba una cámara fotográfica, documentos de identidad, y dinero en efectivo.

El hecho quedó registrado como denuncia en la Seccional 11ª de policía de Piriápolis, la que encomendó el caso a personal de su brigada de Hurtos.

Las indagaciones realizadas durante varios días establecieron la hipótesis de que D.P., un joven de 23 años de edad, podría ser uno de los autores del delito.

Ubicado el muchacho y detenido, se lo condujo como indagado a la comisaría, pero tras los interrogatorios los funcionarios policiales entendieron que ya había elementos para avisar al juez en el punto que se encontraba el caso. Cuando se notificó al juez, D.P. pasó de indagado a acusado.

El juez en lo penal de 4º turno dispuso que se le mantuviera detenido y se le trasladara al juzgado en las últimas horas para analizar el caso.

Comprobados los detalles, el magistrado decidió expedirse disponiendo el procesamiento de D.P. como autor de un delito de hurto especialmente agravado. Aunque no se aclara, el agravamiento de la pena pudo ser por dos razones, por la violencia empleada para sustracción del bolso, o por haber actuado acompañado de otra persona.

Pese al procesamiento, el juez entendió que no es necesario que D.P. deba cumplir prisión preventiva mientras se completa el procedimiento penal que desemboque en una sentencia.

En sustitución, dictó orden para que D.P. cumpla riguroso arresto domiciliario nocturno (desde la entrada del sol a la salida al día siguiente) por los próximos tres meses, lo que indica que el imputado se perderá las noches de casi todo este verano.

El juez dictó orden de detención contra el hombre que acompañaba en la moto a D.P., tarea a la que está abocado ahora el personal de la brigada de Hurtos de la 11ª de Piriápolis.