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La policía tuvo que montar una estrategia y concurrir a la casa de un familiar del liberado, para comunicar que el recluso todavía necesitaba firmar un papel para oficializar la liberación.
Ante las dudas de la familia, los funcionarios policiales afirmaron que todo se trataba de un mero trámite y que no iba a volver al penal, ante lo cual el propio familiar se comprometió a llevarlo hasta la comisaría, a firmar el supuesto papel de liberación.
Minutos más tarde la policía recibió al sujeto y continuó la puesta en escena de las autoridades de la seccional segunda.
Allí, le dijeron que el trámite duraría algunos minutos y accedió a ser traído hasta la sede penal, pero a mitad de camino el móvil policial se desvió, y lo terminó dejando en la cárcel, desde donde nunca podría haber sido dejado en libertad, sin cumplir con las penas.
Ahora el comando de la jefatura de policía, está a la espera del informe de la cárcel sobre lo sucedido y no se descartan sanciones para quienes se encontraban al frente del penal.