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El 911 no dejó de trabajar en Navidad. Ese día, entre otros, se recibió un llamado denunciando que habían robado de una vivienda de Punta del Este.

La mesa central de operaciones pasó el reclamo a la Seccional 10ª de Punta del Este, desde donde se envió una partida policial para averiguar lo ocurrido.

Llegados los efectivos a una vivienda ubicada en avenida Roosevelt y boulevard Artigas, constataron que de una habitación había sido sustraída una bicicleta marca Trek de rodado 26 (para personas mayores), cuyo cuadro estaba pintado marrón y naranja.

Tomados los detalles de lo ocurrido fueron transmitidos al resto del personal policial, no sólo de la Seccional 10ª, sino de la policía de todo el departamento.

Unos cuantos minutos después que los policías recogieron y divulgaron el pedido de ubicación de la bicicleta, un equipo policial que transitaba en la zona de Parada 3 y la rambla Williman, creyó ver la bicicleta en cuestión.

Iban dos hombres paseando sobre ella, muy tranquilos. Había que confirmar que se tratara de la bicicleta que buscaban sin aceptar que era la única de esa marca y color que pudiera haber en Punta del Este.

Interceptado el paso a los felices paseantes, e intercambiados los primeros diálogos con ellos, los policías ya habían asumido la convicción de que era la bicicleta que buscaban.

Decidieron llevar a los dos bici-turistas a la comisaría para continuar las averiguaciones. En la sede policial todo fue más sencillo, los hombres admitieron lo ocurrido.

Avisada que fue la magistrado en lo Penal, esta tomó el caso a su cargo. Revisó los detalles, el procedimiento policial, y repasó los interrogatorios.

Finalmente, en las últimas horas se pronunció dictando el procesamiento de J.P. de 32 años de edad, que tiene antecedentes penales registrados por otros delitos, a quien encontró como presunto autor de un delito de hurto especialmente agravado. La calificación de agravamiento de la tipificación refiere al ingreso en vivienda ajena.

No obstante, la magistrado dejó en libertad a J.P., sin siquiera la orden de que guarde prisión preventiva mientras se complete el proceso penal. Sólo le impuso a J.P. que se presente los fines de semana, durante dos horas cada vez, en la comisaría de su barrio, por el plazo de 60 días (ocho fines de semana).