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Si algo confirma lo que le pasó a G.M., es que la actividad económica en Maldonado se puso muy dura en los últimos tiempos.

G.M. se ganaba la vida vendiendo libros para una editorial que le pagaba una comisión por cada venta concretada.

La demanda de los lectores empezó a caer en los últimos tiempos, porque seguramente la compra de libros es considerado uno de los primeros recortes en un presupuesto familiar o personal cuando las cosas se ponen difíciles.

Esto fue lo que le ocurrió a Guillermo Manfredi: ya no conseguía entusiasmar a sus clientes para que compraran nuevas obras literarias, o libros técnicos. Las comisiones que cobraba también fueron cada vez más magras.

Buscó salida a la crisis, y como terminó por admitir que nada podía hacer para modificar la causa de esa retracción compradora de sus clientes, puso en marcha su espíritu emprendedor con una idea que creyó iba a demorar más en ser descubierta.

Sus superiores de la editorial que le había empleado estaban radiantes cuando el hombre. empezó a girarles facturas con cierres de ventas de libros, como si nada estuviera pasando en Maldonado.

Y el sujeto. recibía las comisiones por esas ventas ficticias, hasta que pasó lo inevitable: la editorial no tardó mucho en darse cuenta de que las ventas de su vendedor en Maldonado no producía ingresos, así que primero le pidió explicaciones, y como estas no satisficieron, se formalizó la denuncia policial

Fue detenido y puesto a disposición de un juez en lo Penal de Maldonado que en las últimas horas dispuso su procesamiento como autor de un delito de falsificación de documentos.

El magistrado actuante dictó en paralelo la orden de que G.M. guarde prisión preventiva mientras se termina de substanciar el caso en órbita judicial, por lo que ya fue internado en la cárcel de Las Rosas donde esperará la sentencia definitiva.