Facebook Twitter WhatsApp

Fuentes del caso indicaron a FM Gente que el fiscal "no encontró méritos" para determinar que el cuestionado funcionario haya incurrido en un delito de acoso sexual, como sostenía la intendencia tras realizar una investigación administrativa al trabajador. En consecuencia, la jueza Marcela Vargas archivó la denuncia.

El trabajador alegó que tuvo "un problema" con el coordinador del área de Higiene, Carlos Báez, y que por eso éste promovió la denuncia en su contra. Afirmó que Báez se molestó porque él, como encargado del refugio canino, dio una nota de prensa sin autorización y entonces presionó a las trabajadoras para que lo denunciaran por acoso sexual.

Por otra parte, ninguna de las trabajadoras involucradas en el caso entiende las acciones del funcionario como un acto de "acoso sexual". En sus declaraciones ante la Justicia, consideran que "se quiso pasar de vivo" o "se quiso hacer el chistoso" con comentarios "vulgares".

No obstante, una de las mujeres declaró que el hombre quería "cerrarle el mameluco" o "desprenderle la camisa" aunque nunca se lo permitió. También aseguró que cuando ella iba a bañarse "luego de que terminara la jornada de trabajo tenía que sacarlo a empujones porque él quería ayudarme a bañarme pero nunca logró su cometido".

Sin embargo, afirmó en su declaración que el funcionario era "rejodón" y tenía comportamientos vulgares pero no era acosador. "Era vulgar, ordinario, pesado con todas, pero no era que tuviera una obsesión conmigo, ni un acoso puntual ni sexual. (...) Además, si él hubiera querido acosarme sexualmente me lo hubiera hecho a solas, no delante de las otras compañeras, como efectivamente ocurría", relató la trabajadora.

Tras analizar las diferentes actuaciones, el fiscal Luis Pacheco se limitió a pedir a la jueza Marcela Vargas "que disponga el archivo del caso, sin perjuicio de las actuaciones administrativas que correspondieren".