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Los niños nacidos en cautiverio que no fueron - desaparecidos -, estuvieron recluidos un máximo de dos años con sus madres, hasta que el 2 de setiembre de 1974 el gobierno dictatorial resolvió entregarlos a sus familiares y, en algunos casos, a familias sustitutas. Su primer lugar de residencia fue los calabozos militares del interior, la enfermería de la cárcel de Punta Carretas, la cárcel de Cabildo, la escuela de enfermería Carlos Nery, la sala 8 del Hospital Militar, el penal de Punta de Rieles, el Instituto Militar de Estudios Superiores (Imes), la Base Aérea Boizo Lanza, el Cuartel de Blandengues y la Base Aérea Nº 1. Como consecuencia de esta situación, sus nacimientos fueron anotados - de oficio - y en algunos casos no llegaron en tiempo y forma al Registro Civil, lo que incluso en la actualidad les genera inconvenientes como el hecho de que legalmente no existieron durante plazos prolongados e incluso algunos no pudieron ser reconocidos por sus padres. La mayoría nació en el Hospital Militar e incluso cuentan con registros que señalan el hecho pero - faltan datos. En algunos casos son los nombres de los padres, los de los testigos, el médico y otros registros que rodean el nacimiento de una persona y que están en su partida de nacimiento. P.R.