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"La pandemia es un golpe muy importante; nunca tuvimos una crisis que afecte a los seres humanos y al factor central de la producción como es el trabajo", explicó.

"Al afectar a los humanos nos quedamos sin producción, luego sin oferta y finalmente sin demanda", analizó y agregó que al mismo tiempo se generan ansiedades "que son muy perjudiciales para la economía".

"Estamos en presencia de un episodio que va a ser tristemente recordado por su carácter sanitario y muertes y también por los efectos económicos".

El ex presidente del Central dijo que las vacunas significan "la luz en el camino", pero afirmó que "ésta es dura" (la pandemia) aunque afirmó que con buena conducta y responsabilidad social se puede salir.

"De estas crisis no conocemos, no hay experiencia, es diferente a cualquier otra crisis de los últimos cien años".

El experto sostuvo que este tipo de crisis pone a los gobiernos en una disyuntiva muy compleja: por un lado salvaguardar la salud y por otro no destruir el tejido productivo; es un "delicado equilibrio" entre esas dos variables", dijo.

EL ESPACIO INTEGRADO
En el Museo Blanes de Montevideo, Ricardo Pascale expone una monumental obra, única para nuestro país y que bien podría exhibirse en los mejores museos o galerías del mundo.

El fue representante de nuestro país en la Bienal de Venecia en 1999, fundó el Premio Figari en Artes Visuales de Uruguay en el año 1985, cuando era presidente del Banco Central del Uruguay. Es un hombre que se destaca por su singular trayectoria tanto en el terreno de la economía y finanzas, como de las artes plásticas.

La muestra de Ricardo Pascale, como señala Enrique Aguerre, director del Museo de Artes Visuales: “…es una muy buena noticia para todos los que seguimos con atención la obra de un creador que, por su trayectoria, marcada por la singularidad e innovación, merece un lugar destacado en el arte contemporáneo producido en nuestro país”.

El espacio integrado se trata de una instalación de arte contemporáneo, que busca la experimentación espacial por parte del visitante. La generación de una atmósfera que conjuga arte, espacio arquitectónico y música, que recrean una experiencia muy agradable a la vista y al oído.

La propuesta se compone de 68 curvas catenarias, separadas a intervalos idénticos, que conforman una bóveda invertida. Su instalación en el espacio expositivo permite un recorrido por parte del visitante, quien va descubriendo diferentes puntos de vista de la misma.

La luz, un componente importante de la instalación, dialoga con ella a lo largo del día con el movimiento del sol. Observarla, a la vez que escuchamos la música, permite sentir un ritmo real e imaginario que nos invita a percibir desde ángulos diferentes, una atmósfera seductora.


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