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Una amiga, compañera del carnaval fernandino, habló en FM Gente en nombre de la comunidad para manifestar su dolor y su solidaridad con los familiares de Berta, pero también para recordar la alegría que ella desplegó en su vida cotidiana y en cada una de sus presentaciones artísticas.

También agradeció a los miles de ciudadanos que colaboraron para recolectar los 140 mil dólares requeridos para el trasplante de médula, que Berta recibió en Valencia el mes pasado. “Gracias por darle la esperanza a Berta para que luchara. Estuvo hasta las seis de esta mañana luchando para volver y darnos toda la alegría que siempre reflejó en nosotros”, agregó.

“Todo Maldonado está con su familia y si bien es complicado ponernos en su lugar, los entendemos. Y si estuvimos para darles una mano en momentos de lucha, hoy que Berta no está presente en nuestras vidas en el ámbito físico, también”, dijo la amiga, que invitó a todos a recordar a la educadora y artista en sus momentos más felices. “Berta vive en nosotros y desde los hermanos carnavaleros que estamos con ella, un abrazo a todos”.

En la cuenta de Berta Slepovich en Facebook, decenas de amigos expresan sus condolencias a los familiares y recuerdan la bondad y el arte de la joven. Hay mensajes de impotencia, de estupor, de bronca por una muerte injusta. En todos gana la admiración y la solidaridad con los más cercanos.

“REINA!!! IDOLA!!! DIOSA!!! un hasta siempre!!!! Permanecerás en nuestros corazones, un saludo y mucha fuerza a su familia. Esta REINA está en el cielo haciendo bailar candombe a todos los ángeles porque ya es uno más de ellos... Estoy triste, llorando por una persona que no tuve el gusto de conocer, eso demuestra el carisma de esta REINA, lo que trasmitía e irradiaba en su baile... ADIÓS DIOSA!!!!!!”, escribió una de sus admiradoras.

Durante sus meses de lucha y las semanas que permaneció en España, la vedette no dejó de recibir apoyo de sus amigos y admiradores por Internet. "Me guardo para toda la vida esos recuerdos y emociones que quedan grabados en el alma: sus mensajes, sus cartitas, sus rezos, sus meditaciones, esos “regalitos” especialmente seleccionados o creados para mí, el tenerme en sus pensamientos, los dibujos de mis “chiquis”, los miles de besos y abrazos a la distancia…", escribió ella, días después del trasplante, cuando se sentía "sana, con energías y confianza".