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A juicio de Jaurena, la iniciativa de estos vecinos da aun mayor relevancia al proyecto. “Son 14 familias, integradas por hombres y mujeres cabeza de familia, con hijos y adultos mayores a cargo. Son propietarios o pequeños propietarios de sus tierras, que hoy no están produciendo. Ninguno de ellos viven de la tierra y, por esa causa, tienen otros trabajos”, detalló.

En ese contexto, el proyecto apunta a que estas personas puedan “afincarse y producir”. La producción de sorgo se aplicaría en cercanías de Garzón, a la altura del kilómetro 170 en la localidad conocida como Paso del Tigre. A los residentes de esa zona, unirían habitantes de las cercanías.

En total, piensan plantar unas 110 hectáreas de sorgo granífero , que comenzarían a sembrar en setiembre próximo. Para esto, los vecinos necesitarán diversos insumos: gasoil, herbicidas, fertilizantes, semillas y maquinaria. Se estima que los costos de implementación rondarán los US$ 625 por hectárea.

Según diversos estudios para Uruguay, que no es productor de petróleo, el cultivo de sorgo resulta una buena alternativa para producir biocombustible y obtener una energía más económica y limpia.

Particularmente el sorgo dulce, que crece entre los 120 y los 180 días, tiene un valor de producción de
energía muy alto y una gran adaptabilidad, de acuerdo a los expertos, que lo sugieren como una excelente fuente de producción de etanol.

"El sorgo podría entrar en rotaciones de cultivo y pasturas, permitiendo una explotación más racional del
suelo y equilibrando los sistemas de producción de energía y alimentos, incorporando y diversificando las opciones productivas", señala un estudio financiado por el Convenio Facultad de Agronomía-ANCAP.

Según los analistas, el sorgo presenta "características generales que llevan a pensar en que pueda transformarse en una opción importante para pequeños y medianos
productores, junto con otros cultivos de intenso uso de la mano de obra".