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Este caso deja evidencia para sospechar que los mejores siguen siendo usados para cometer los delitos, cuando hay mayores también involucrados, o que cuando son descubiertos es más fácil decir que fueron ellos los autores a la espera de penas más benignas.

El hecho es que personal de la dirección de Investigaciones de la Policía de Maldonado estaba procurando aclarar una sucesión de robos de motos que se están produciendo en el departamento.

Algunas pistas les puso apuntando a un presunto taller de reparación de motos, donde podría encontrarse evidencias de vehículos robados días y semanas antes.

Con la autorización del juez en lo Penal de 10º turno, se procedió a realizar una inspección en el taller. El procedimiento se realizó el pasado 28 de diciembre, conocido como Día de los Santos Inocentes.

NO ERA UNA INOCENTADA

Quién atendió a los funcionarios policiales fue un hombre de 53 años, que no pudo explicar por qué algunas cosas encontradas por los policías estaban en el taller.

Los funcionarios policiales revisaron el lugar e incautaron una moto marca Yumbo, dos ruedas de moto desarmadas, un cuadro de moto, tres plásticos que formaban parte de una carrocería de moto roja, dos canastos de moto para llevar artículos diversos, una chapa matrícula de moto, partes de motores, dos amortiguadores, un piñón desarmado, y una moto roja con llave de tambor de encendido modificada.

Ni el hombre, ni ningunas de las otras cuatro personas que estaban en el taller pudieron explicar la procedencia de todas esas motos y partes de motos, así que los cinco marcharon a la comisaría para ver si se les refrescaba la memoria.

Mientras se avanzaba en los interrogatorios y en cubrir las formalidades legales ya que dos de los indagados eran menores, hubo efectivos que decidieron averiguar si una moto Yumbo denunciada como robada el día de Nochebuena tenía algo que ver con la moto incautada en el taller, o con algunas de las partes decomisadas.

Dieron con la autora de la denuncia del robo de su moto el día de Nochebuena. Tenía la moto en el cruce de Edye y Sarandí, cuando se la llevaron.

Cuando la señora concurrió a la comisaría reconoció las partes incautadas como que habían pertenecido a su moto robada.

DOS MENORES A ASISTENCIA

Como el círculo comenzaba a cerrarse sobre los miembros del taller allanado, las respuestas a los interrogatorios comenzaron a ser más precisas. El chico de 16 de años detenido con los demás dijo que había comprado la moto a otro muchacho hacía unos días, dando a entender que nada sabía sobre la procedencia del vehículo.

Aunque el otro menor no hubiese admitido la venta de la moto a su compinche, ya había elementos para llevarlos ante el juez, porque había una acusación directa de uno al otro.

La magistrado inició un procedimiento como adolescente infractor (procesamiento en instancias judiciales con mayores de edad) al chico de 16 años a quien encontró autor de un delito de hurto.

El otro muchacho fue encontrado por la magistrado autor de un delito de receptación (tenencia de un bien de dudosa procedencia para sacarle un provecho propio, o para terceros).

La juez entendió innecesario que los menores guarden prisión cautelar mientras se completa el proceso judicial, pero dispuso que ambos se presenten en el centro La Estación del Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay, INAU, durante 60 días, para recibir orientación y apoyo para modificar sus conductas.

La información no dice que haya pasado nada con los mayores que protagonizaron esta historia.

zl