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Audiencia Pública Eje Aparicio Saravia

Maldonado 15 de Marzo de 2012

Punta del Este ha tenido, a partir de la década de los 70 períodos de crecimiento edilicio desmesurados, que si bien incrementaron notoriamente el número de unidades de departamentos y por ende de camas disponibles, afectaron negativamente al Balneario por distintas razones. La mas importante, que se reiteró en cada uno de esos procesos de edificación masiva, fue que finalizaron bruscamente generando una fuerte recesión, dejando muchas veces “esqueletos de hormigón”, paralización casi total tanto de la actividad en la construcción como en la venta de inmuebles en la zona, durante tiempos prolongados. Pero lo que es peor, deterioraron la propuesta turística de un Balneario que no necesitaba entonces, ni necesita en la actualidad, de más edificación en altura. Pero la presión de los “inversores de turno”, pudo siempre mas que todos los esfuerzos de una comunidad, integrada por residentes permanentes y por quienes optaron durante años por vacacionar en nuestras costas, generando también derechos, por ejemplo a ser escuchados y no solo obligaciones como el pago de impuestos, quienes reclamábamos, al igual que hoy, que este no era el camino, que Punta del Este no debía convertirse en una ciudad, que debíamos mantener la identidad que hizo de éste un lugar único, nuestra “grifa País” que permitió que Uruguay fuera conocido en el mundo y no solo en la región.

Cuando, desde la Presidencia de Adipe, nos opusimos con mucha firmeza a todas y cada una de las Excepciones a la Ordenanza de la Construcción, aprobadas durante la Administración Antía, lo hicimos sobre la base que se debían respetar las “reglas de juego” y muy especialmente para quienes habían invertido en la zona en base a parámetros de construcción que les garantizaban, les daban certezas sobre lo que se podía o no construir en el lugar que habían elegido como vivienda de veraneo, secundaria o permanente.

Decíamos entonces, que lo que se debía priorizar y preservar era la actividad turística ya que la industria de la construcción en Maldonado depende totalmente de ésta, como ha quedado demostrado una y otra vez a lo largo de la historia del Balneario, por lo que no podíamos ni debíamos permitir que la construcción fuera en detrimento del Turismo en su mas amplio espectro.

Afirmábamos también, que era ese Turismo el verdadero generador de miles y miles de puestos de trabajo permanentes en el Departamento, cada vez que se utilizaba el argumento de la generación de nuevos puestos de trabajo para justificar aquellas excepciones.

Hemos perdido, en los últimos años, muchísimo turismo de alto poder adquisitivo de quienes no aceptaron el nuevo perfil de Punta del Este, algunos se fueron hacia el Este, primero La Barra, luego José Ignacio y hoy están descubriendo las costas de Rocha pero otros optaron, lamentablemente, por destinos fuera del Uruguay Esto queda claramente reflejado en la recientemente finalizada temporada de verano, dónde los resultados no han conformado a la inmensa mayoría de los sectores vinculados a la actividad turística de nuestro balneario.

Un ejemplo de este nuevo rumbo fue la modificación de la Ordenanza que autorizó la construcción de torres de mas de 23 pisos de altura en Aidy Grill, hoy La Pastora, que esta generando una sobreoferta de departamentos y dónde claramente no se ha evaluado el impacto vial, que ya se empezó a producir pero que notoriamente se profundizará una vez finalizadas las obras hoy en construcción en esa zona, provocando una importante saturación del movimiento, tanto de vehículos como de personas, haciendo que los turistas se encuentren con la misma realidad que padecen todo el año en las ciudades de dónde provienen.

Sobran ejemplos en el mundo de destinos turísticos de niveles similares o superiores a Punta del Este, como Acapulco, Benidorm, Torremolinos, Mar del Plata entre otros, que recorrieron el camino de la construcción a ultranza y que como consecuencia de ello, perdieron la calidad de su propuesta, perdieron su atractivo y por ende perdieron buena parte del turista con alta capacidad de gasto, que optaba por esos destinos. No debería estar en discusión la certeza que los recursos naturales no son infinitos y que por ende deben ser permanentemente protegidos, solo así proyectos como éste, serán verdaderamente “sustentables”.


Es por todo lo antes expuesto y por coherencia de acción y pensamiento que planteo con la misma firmeza de siempre:

Que más allá de compartir plenamente la importancia de contar con un predio Ferial y de Convenciones, que Punta del Este sea una ciudad universitaria con las mas diversas propuestas educativas, en particular la de la Universidad de la República, así como de otras interesantes propuestas contempladas en el proyectado eje Aparicio Saravia, solicito SE EXCLUYA TOTALMENTE DEL CITADO PROYECTO, LA HABILITACIÓN PARA EDIFICAR EN ALTURA EN TODA LA ZONA DE RINCÓN DEL INDIO.

Solo de esa manera se estará manteniendo esa zona como un barrio residencial de viviendas particulares y de bosque como lo es a la fecha. Pero esto no debe circunscribirse exclusivamente a Rincón del Indio sino a todos y cada uno de los barrios que no han sido ya afectados por la construcción en altura, para que puedan seguir manteniendo su perfil de barrio-jardín.
Porque allí esta la verdadera identidad de Punta del Este conformada por una particular combinación de excelentes playas, dunas y bosques que no pueden seguir siendo degradados por un afán meramente de especulación inmobiliaria, en beneficio de unos pocos. Basta de hormigón, basta de seguir “Marplatizando” el Balneario, basta de atentar contra el patrimonio de todos los maldonadenses. Por quienes nos precedieron, por quienes formamos parte de esta comunidad pero muy especialmente por las generaciones venideras, basta.


Alberto F. Prandi
Operador Turístico
c.i: 1.393.163-2