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Carollina Amador, Virginia Santos, Ibis Pérez, y José Lescano expusieron en tono de angustia el esfuerzo que les está costando mantener viva la promesa que la intendencia les hizo hace cinco años de que iban a tener sus propias viviendas en Lomas del Charrúa.

Contaron cómo están corriendo a los intrusos que se les instalan en el terreno, cómo la intendencia no responde a sus reclamos, tienen terrenos que están defendiendo ellos mismos pero no les adjudican las canastas de materiales.

Afirman que les inscribieron cuando salieron sorteados para un plan de ayuda mutua, pero que luego fue modificado a proyecto llave en mano (se les entregan prontas para habitar), pero hoy no son ni una cosa ni otra, viven corriendo intrusos que se instalan allí, en la intendencia les dan largas al asunto, y expresaron que están al borde de la impotencia.

CAMBIOS Y EL DETONANTE

Lescano contó que “nos encontramos muy preocupados porque supuestamente hace cinco años salimos sorteados por la Intendencia (de Maldonado) para adjudicarnos las viviendas, nos adjudicaron el terreno, y resulta que hasta la fecha no hemos tenido novedades”.

“Nos tienen siempre con una charla, con otra charla, una reunión, no hay planos, no hay manera de (saber) cómo van a ser las viviendas, se pasan la pelotita unos a los otros, no nos dejan hablar, cada vez que nosotros golpeamos la puerta a veces nos atienden y dicen que dejemos nuestro teléfono y no tenemos respuesta”, se lamentó.

Lo que detonó la necesidad de hacerse oír fue lo que les tocó vivir en los últimos días: Amador pasó el viernes por el terreno y vio un hombre sentado junto a un montón de cosas. Eran los precarios elementos para construir una vivienda transitoria.

La señora Amador llamó a Lescano y decidieron ir a la policía el sábado. Lo hicieron, pero también fueron a la intendencia. Dejaron denuncia en las seccionales 1ª y 6ª de policía de Maldonado. En la intendencia les escucharon, volvieron a pedirles los teléfonos, pero no hicieron nada.

TENER PADRINO Y NO ARMAR RELAJO

Relataron que transcurridos todos estos trámites llegaron a la conclusión de que no habían avanzado nada, y que el intruso seguía en sus terrenos. Así que decidieron llamar a un edil que no identificaron, presuntamente para no ponerle color político a un reclamo que no es político, y así consiguieron, por lo menos, el respaldo para poder sacar al intruso.

“Pero, esta gente salió (del terreno) gracias al movimiento que hicimos nosotros, no gracias a que la señora Marilyn Moreira (de la dirección de Vivienda de la intendencia) se presentó y lo sacó; mentira, porque nos movimos nosotros, nosotros fuimos a la comisaría, nosotros hablamos con el edil”, contó Amador, la misma que descubrió al intruso el viernes.

Casi en un clamor, la señora expuso que “queremos una solución;el asentamientos Los Eucaliptos armó quema de ruedas (gomas), armó relajo en la ruta, van a la Junta (Departamental), van para un lado y para el otro, tienen todos los beneficios: tienen terreno, tienen canasta de materiales, y nosotros que hace cinco años que estamos esperando, que no armamos relajo, ¿qué?”

Lescano aclaró que no tienen nada contra la gente de otros proyectos de vivienda que van avanzando, simplemente que los mencionan para mostrar que es lo de ellos que está trancado.

¿ABANDONARON O ESPERAN QUE ESTÉ TODO RESUELTO?

Amador afirmó que cuando fueron inscriptos eran 75 familia, pero que luego la intendencia amplió el cupo a unas 80, lo que supone largamente más de 200 personas que están esperando hace un lustro por su prometida vivienda.

Al final de la presentación en FM Gente explicaron que lo que pretendían al ir a la radio era, además de informar lo que les estaba pasando al resto del colectivo de Maldonado, procurar ubicar a las otras familias que fueron sorteadas en el proyecto inicial.

“Sí, la unión hace la fuerza, pero si de 80 somos tres (los que se mueven), va a costar un poco más”, evitar que esa promesa se muera, completó la señora Amador.

Los vecinos del proyecto Lomas del Charrúa dejaron sus números de teléfono en la radio y pidieron a los demás interesados, sorteados junto con ellos hace cinco años, para que se pongan en contacto con ellos y ver cómo pueden hacer juntos que este proyecto cobre vida otra vez.