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“En zonas balnearias yo soy partidario de que el país defienda mucho su condición de país de recepción turística, que no quiere decir país de relajo”, dijo.

Agregó que “el turista que crea que acá entra y acá las normas morales, éticas, y legales no existen, se equivoca”.

“Yo le pondría a cada turista que llega una bienvenida, un volante de bienvenida, pero diciéndole acá las leyes se cumplen, y el que las incumpla puede ser expulsado por indeseable”, expuso.

Explicó que “garufa, copas, bailongo, lo hemos hecho todos, y es parte de la cuestión turística; ahora, creer que acá el turista no cumple las leyes porque es turista, le hace un daño al país, y le hace un daño al que está mirándolo”.

TURISTA OMNIPOTENTE Y DEBER DE PADRE

Lacalle advirtió que se afirma que “como es turista es omnipotente, y es omnipotente porque es rico, entonces, cuidado con esa distorsión que puede provocar un concepto equivocado del turismo”.

“En la esquina mía en La Barra este año por suerte se mudó la garufa que había, que se juntaba; yo veía chicas de 14, 15 años, con unas polleritas muy breves, a las dos de la mañana tomando cerveza del pico”, reconstruyó su propia experiencia.

Prosiguió que si la solución del tema dependiera de él, “primero hay que llamarla y decirle: señorita su teléfono, el teléfono de su padre”.

“Llamarlo y decirle: mire, su hija está acá, usted sabe dónde está su hija; porque los padres también tenemos que tener dónde está, con quién está, y a qué hora vuelve”, razonó.

Aseguró que “poner hora de regreso (a los hijos) es fundamental; ahora, si los padres creen que vacaciones es soltar a los hijos a principios del mes y agarrarlos después, mal les va a ir”.

EDAD DE IMPUTABILIDAD

Lacalle pidió para hacer una afirmación que le interesaba se registrara por FM Gente: “Nosotros estamos de acuerdo con la baja de edad de imputabilidad”.

“Porque los 18 años de 1934, no son los de hoy, y no necesito explicarme”, fundamentó.

Completo que “esto no implica otra cosa que el que transgreda la ley será susceptible de ser acusado y condenado como si fuera mayor, que lo son porque los chicos están muy avivados”.