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“Nosotros acá estamos hablando de una parte del problema, esto (de la violencia doméstica) funciona muy bien a partir de que se judicializa, y el problema no siempre se judicializa”, advirtió.

Agregó que “los problemas más graves, sobre todo ahora luego de la judicialización y que se resuelve con la tobillera, ha mejorado ese aspecto muchísimo, (pero) la mayor fuente de los problemas se producen antes”, denunció.

EL PROBLEMA CAPITAL

Bonomi continuó en su exposición afirmando que “nosotros festejamos que esto (de las tobilleras electrónicas) funciona bien, pero (el problema de la violencia doméstica) no lo resolvemos si no lo resolvemos antes, y ese es el problema capital”.

“Todo significa animarse a realizar procesos de cambios culturales e institucionales profundos que los hombres y mujeres puedan reconocerse en sus diferencias, pero respetarse en igualdad, igualdad de derechos”, desafió.

Indicó que “en ese camino (para) encontrar las soluciones que no van a ser las mismas para todas las personas en todos los casos, es necesario tomar decisiones diferenciales”.

“En ese camino nosotros llegamos a este proceso, y no emplazamos este camino relacionando las tobilleras con este problema que estamos mencionando ahora, nosotros en el ministerio del Interior empezamos a hablar de las tobilleras para el caso de las personas privadas de libertad”, reveló, deslizando haber cedido pero sin arriar su posición.

EL PUNTO EN EL QUE CEDIÓ

Bonomi contó que “establecimos un intercambio con el Poder Judicial y con la Fiscalía (de Corte), y llegamos a la conclusión de que era necesario hacer una experiencia piloto”, así que se acordó el uso de tobilleras para violencia doméstica y se empezó por probar en Montevideo.

“Cuando nosotros llegamos a esa conclusión y tratamos de entenderlo, no es muy sencillo, porque en el marco de intercambio con distintos actores del Poder Judicial nos encontramos con resistencias”, dijo.

Explicó que cuando su ministerio se lo expuso a la Suprema Corte de Justicia y a la Fiscalía de Corte, estos rechazaron la idea por varias razones, “entre otras, (por defender) dónde está el derecho de los victimarios”, afirmó.

“Lo que queremos es evitar que haya que hablar del derecho de las víctimas, y ese es el tema central”, clamó, en defensa de la posición de su ministerio en contraposición a la del Poder Judicial.

Consolidó al señalar que “ese es el tema central; después veremos cómo se respeta el derecho de los victimarios y sobre todo cómo se baja la cantidad de victimarios, que es lo más importante”.

“Y bueno, salimos de esa discusión, salimos con la necesidad de empezar una experiencia piloto en Montevideo”, cerró.



Foto: Jefatura de Policía de Maldonado