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Milar terminó su mandato como presidente de Adipe al haberse producido una renovación de la comisión directiva, asumiendo en su lugar Andrés Jaffif, pero se mostró satisfecho con lo alcanzado. Destacó que están encaminados la aprobación del proyecto de ley que reglamenta la actividad del operador inmobiliario, y la unificación de Adipe con la Cámara Inmobiliaria de Maldonado, Cidem,

Defendió con énfasis la necesidad de sacar a las inmobiliarias del papel de controladoras que les impuso el gobierno en la detección y denuncia de supuestos casos de lavado de activos mediante la adquisición de propiedades.

ENLENTECIDA EN DEMASÍA

El empresario con 30 años de actividad gremial en el sector inmobiliario, respondió que “yo diría que enlentecida en demasía” está la actividad de compra y venta de propiedades en Maldonado, en particular, en Punta del Este.

“Denunciamos el año anterior, queríamos que el convenio de intercambio de información (fiscal con Argentina) no se concretara en ese momento porque entendíamos que iba a poner un freno bastante importante a las operaciones, no porque todo el mundo venga a lavar dinero, porque los casos que se han detectado son poquititos, uno, dos, tres”, argumentó.

Consolidó al señalar que “el problema es que la gente, sobre todo el argentino, tiene miedo de involucrarse en esa problemática de tener que pagar (impuestos) acá, allá”, no saben si le van a cobrar en los dos lados.

“La gente que quiere hacer inversiones de pronto prefiere esperar un poco los acontecimientos, ver que va a pasar con todo esto, y eso evidentemente provoca un enlentecimiento que es muy importante”, interpretó.

LAVADO Y SUPERPOSICIÓN DE CONTROLES

Milar calificó el papel que le adjudicó el gobierno a las inmobiliarias en la detección y denuncias de supuestos intentos de lavado de activos, como “un tema bastante complejo porque los controles deben existir”.

“Todos somos de alguna manera controladores de la situación de lavado de dinero, pero creo que también la ley superpone un poco las actividades”, afirmó.

Dijo que sostiene eso “porque por un lado los escribanos tienen la misma tarea, la de denunciar los presuntos casos de lavado que uno pueda detectar, y detectar es bastante complejo, bastante difícil”.

“Uno puede preguntarle a la gente de dónde saca el dinero, cosa que no resulta muy estimulante para el inversor, pero de ahí a que nos contesten la realidad o podamos detectar una falla, es bastante complicado”, avanzó.

Observó que “la ley dice que los escribanos también tienen que controlar, y acá tenemos que hacer una salvedad: las inmobiliarias establecidas no siempre somos quienes vendemos en su totalidad, o intervenimos en (todas las) operaciones”.

“Los escribanos intervienen en todas; también hay una parte que atañe a los bancos; los bancos también tienen que denunciar posibles irregularidades; entonces, el ámbito inmobiliario es quien menos compromiso tiene, porque ya se ha determinado que prácticamente el 60% de las operaciones que se hacen de carácter inmobiliario están hechas fuera de nuestro sistema”, aseguró.

EN MIAMI, DEME DOS

Milar dijo que pese a los esfuerzos del gobierno de Argentina para que salgan capitales de ese país, “es notorio que los argentinos han estado invirtiendo últimamente en Miami de una forma increíble”.

“Creo que también tenemos que empezar a analizar si realmente ese proyecto de seguridad que estábamos informando (desde Uruguay), se mantiene todavía” vigente, dudó.

Agregó que “mucha gente ha decidido invertir en Estados Unidos porque saben que no hay problemas, que nadie los va a denunciar, que nadie les va a proponer un problemita más; las inversiones siempre se van a dar en los lugares de mayor seguridad”. “En este momento Uruguay está perdiendo inversores, y eso no es bueno”, avisó.

“Creo que es muy difícil determinar cuáles son los verdaderos precios” de las propiedades, aproximó.

Sostuvo que en los últimos tiempos se da una situación, que calificó de “coyuntural”, por la que “Estados Unidos, y en Miami, ofrece precios mejores que los nuestros”. “No sabemos si realmente los precios son o no son” altos o bajos en Uruguay y en particular en Maldonado, se defendió.

Milar recordó que se había sostenido que en Uruguay se había inflado una burbuja de precios inmobiliarios, y dijo que eso se olvidó porque los valores se mantienen, aún con una caída en el número de operaciones. “Eso quiere decir que los valores se estandarizaron; nadie tiene la bola de cristal, no se si dentro de seis meses habrá que decir que los precios cayeron a la mitad, a la cuarta parte, o no cayeron”, se atajó.

¿QUÉ HAGO CON EL DINERO DESPUÉS?

El empresario reveló una realidad que se da con los argentinos que tienen propiedades en Maldonado. “Cuando les hemos propuesto la posibilidad de que las vendan, dicen y después que hacen con el dinero, llevarlo a Argentina, ni locos; meterlo en un banco, no confían en ellos; ya han perdido”.

“Entonces siguen apostando a un negocio, a una inversión segura como puede ser el ladrillo; la propiedad está ahí, bajará un poco de precio, no bajará, pero se va a mantener”, insistió con la idea.

Milar procuró explicar por qué con un aumento notorio de los insumos y mano de obra para construir edificios nuevos, los precios de las propiedades no bajan en Maldonado. Primero habló de vender por debajo del precio para renovar el stock; luego deslizó que hay circunstancias en las que hay que vender por debajo de los costos, pero rápidamente se corrigió asegurando que eso no pasa en el sector inmobiliario; y finalmente desembocó en que la explicación posible es que los inversionistas que proyectan nuevos edificios, hayan optado por recortar sus ganancias en esas operaciones.

Entrevista: Alexis Cadimar

Foto: Hosteltur.com.uy