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Una pareja con 10 años de casados y tres hijos decidió separarse. En la intimidad de la convivencia conyugal de ese tiempo quedó encerrada una realidad: el hombre agredía a la mujer de palabra y en los hechos, y la mujer nunca le denunció ni hizo público lo que le pasaba.

Transcurridas unas semanas de la separación, el hombre llegó a la vivienda de la mujer y sus hijos, con la intención de visitar a las hijas.

En determinado momento el hombre comenzó a insultar a su ex mujer. La ira del hombre fue creciendo de acuerdo a su conducta cada vez más agresiva, hasta que estalló pegándole un puñetazo en el rostro a la mujer.

La agredida, adolorida física y moralmente porque además el golpe fue propinado en presencia de los chicos, tomó coraje y ordenó a su ex marido que se marchara de la casa, que lo hiciera por los niños.

El hombre se marchó pero en las últimas horas volvió a la casa e ingresó insultando y amenazando a la mujer. La situación fue denunciada por alguien, que no se aclara si fue la misma mujer, algún vecino o familiar, a Emergencia 911.

Mesa central de operaciones envió a la vivienda, de inmediato, un móvil policial cuyos efectivos procedieron a detener al hombre y trasladarlo a la Seccional 1ª.

Fue identificado como A.S.D. (iniciales de nombre y apellidos), de 33 años de edad, carente de antecedentes penales.

Mientras el hombre fue interrogado por lo ocurrido, la mujer se presentó en la unidad de Violencia Doméstica para radicar la denuncia del caso.

A.S.D. fue puesto a disposición de Penal 4º turno. La jueza a cargo se pronunció en las últimas horas disponiendo el procesamiento de A.S.D. como autor de un delito de violencia privada.

La magistrada dispuso que el acusado tiene prohibido el acercamiento y/o relacionamiento por cualquier medio con la denunciante y su núcleo familiar, mientras la actual instancia del proceso es completada.