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Todo comenzó con el llamado a Emergencia 911 de alguien que avisó que en Begonias y Gladiolos, se había cometido un hurto.

La mesa central de operaciones dispuso enviar de inmediato personal de la brigada de Hurtos de la Seccional 1ª de policía.

Cuando los efectivos llegaron a la vivienda que había sido penetrada por los desconocidos, entablaron una conversación en al que la propietaria de la vivienda contó lo vivido.

Afirmó que personas que no podría identificar habían forzado la puerta corrediza de la vivienda, se ganaron a su interior, escogieron qué llevarse, y se marcharon con botín considerable.

Detalló que le llevaron una computadora, una pistola de aire comprimido, dos mochilas, una máquina para cortar el cabello, cámaras de fotos, un par de sandalias, un monedero con monedas chilenas y argentinas, bijouterie diversa, relojes y una linterna con lámparas de led.

La señora fue más tarde a la comisaría para formalizar su denuncia por escrito.

Los policías de Hurtos dispusieron que se instalara en el lugar del robo personal de Policía Científica para realizar un relevamiento de probables pistas.

Después del trabajo de Policía Científica los investigadores construyeron una hipótesis que ponía como sospechoso a un hombre con antecedentes penales, cuyo modo de operar tenía muchos puntos de contacto con la forma que actuaron los perpetradores de la vivienda de Begonias y Gladiolos.

Se dispuso librar una orden de captura del sospechoso. El hombre fue detenido en las últimas y sometido a interrogatorios sobre el robo. Finalmente confesó haberlo cometido y narró cómo lo había hecho.

El hombre fue identificado como Marcio Ramos Larrosa y, puesto a disposición de Penal de 2º turno, el magistrado le procesó, sin prisión, como autor de un delito de hurto especialmente agravado por haberse cometido mediante penetración a lugar destinado a habitación.